EDITORIAL: Rosales cumple, Viviana no…

Muchos artistas y cultores se han acercado a mí para decir: “Yo quiero votar por Manuel Rosales para la reelección, pero no lo haré si él piensa mantener a Viviana Márquez como secretaria de Cultura”. Esta afirmación es el resultado de una de las fallas más evidentes en la ejecución de las políticas públicas en el sector cultural: la desconexión de la secretaria de Cultura con los artistas de la ciudad.

Manuel Rosales dio su palabra al principio de su período y lo cumplió. El pasado lunes 16 de diciembre pudimos ver, en una transmisión por YouTube (ya que no nos llegó invitación para asistir), la reinauguración del edificio de la Secretaría de Cultura del estado, que hace tres años fue recibido en el peor de los estados. El anterior secretario se encargó de destruirlo todo, incluyendo los vidrios de las ventanas y las puertas de los baños: no dejaron nada en pie.

La restauración de la sede de la Secretaría de Cultura es un ejemplo más de cómo Manuel Rosales cree en la cultura como un medio de transformación de la sociedad. Por ello, su obra más emblemática es la Biblioteca Pública del estado Zulia, junto a centenares de obras civiles que aún permanecen y que, en su tiempo, hicieron del Zulia un estado moderno. Pero, como sabemos, el gobernador no puede hacerlo todo; él delega en otros los procesos y la ejecución de sus políticas.

Rosales cumplió, pero Viviana no ha hecho nada. En tres años no ha logrado integrar a la comunidad artística del Zulia, no ha creado los planes y proyectos necesarios para dejar de ser solamente la administradora de una responsabilidad y convertirse en un verdadero agente de cambio en nuestra sociedad a través de la cultura.

Tres años después de su nombramiento, no ha vuelto a convocar a la colectividad artística de las regiones en favor del Zulia. Por el contrario, se ha encerrado con sus amigos a repartirse las calamidades, convirtiendo la acción cultural en una oligofrénica adulación y sembrando en el personal de la Secretaría de Cultura un malestar producto de sus actitudes altisonantes y no protocolizadas.

En el caso de las relaciones con las organizaciones culturales independientes, la señora Viviana Márquez se ha hecho oídos sordos ante las necesidades de un sector cultural sediento de apoyo público. En tres años, la Secretaría de Cultura no logró articular con las ONGs, agrupaciones y con la sociedad civil organizada, para que los proyectos particulares lograran progresar. En nuestro caso, el Movimiento Poético de Maracaibo ha consignado trece cartas al despacho de la señora Viviana Márquez y no hemos recibido ninguna contestación, ni positiva ni negativa, violando la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, que la obliga a responder.

En la Secretaría de Cultura no hay grandes proyectos ni planes transversales. Más allá de las escuelas, cuyos proyectos formativos se mantienen a duras penas, no existe un espíritu integrador que salga de las aulas convertido en un proyecto cultural y artístico más allá de las celebraciones de efemérides. En cuanto a las escuelas, a excepción de los estudiantes de música y danza, el resto tiene muy pocos alumnos porque no hay un verdadero proyecto de promoción de los servicios de formación que se ofrecen allí. ¿No hizo nada en tres años para promover las escuelas pequeñas porque no había condiciones físicas para ello, o porque no existe un plan real, medible y realizable para ello?

¿Qué pasó en estos tres años con la Orquesta Sinfónica de Maracaibo? Porque las orquestas que suenan hoy son parte del Sistema Nacional de Orquestas, no de la Secretaría de Cultura. ¿Por qué no se organizó la bienal de pintura ni de música? ¿Qué pasó con el premio regional de literatura? ¿O el premio regional de teatro? ¿Por qué hay tanta letra muerta en la gestión de Viviana Márquez? Yo entiendo que en las gestiones de Arias Cárdenas y Omar Prieto la cultura se convirtiera en un instrumento para el sesgo ideológico, pero ¿por qué la Secretaría de Cultura de Manuel Rosales actúa como una entidad excluyente?

Aplaudimos de pie el logro de Manuel Rosales al entregar restaurada la sede de la Secretaría de Cultura, pero él mismo ha dicho muchas veces que las paredes y los pisos no son las instituciones, sino la gente; y en tres años Viviana Márquez se ha encargado de alejar a la gente, a los artistas, a las comunidades. Ella ha construido un séquito de amigos que no la dejan ver más allá de la sombra de quienes la rodean; mientras, en el resto del estado, incluyendo Maracaibo, los artistas vagan sin oportunidades de desarrollo cultural y sin una programación artística que transforme a los ciudadanos.

¿Será que ahora que Viviana Márquez tiene un edificio reconstruido hará bien su trabajo en 2025? ¿O debemos presumir que el próximo año continuará cerrada la Casa de la Cultura de Machiques, o que la Casa de la Cultura de Lagunillas seguirá siendo una institución incapaz de integrarse con los sectores artísticos del municipio, generando conflictos en vez de espectáculos artísticos? ¿Seguiremos las ONGs sin recibir respuesta a nuestras cartas? ¿No habrá financiamientos para artistas plásticos o para obras de teatro? ¿Será que se publicará aunque sea un libro en la gestión de Viviana Márquez?

Son las grandes interrogantes que esperamos que la secretaria Viviana Márquez nos responda algún día, o seguirá haciendo que artistas y cultores se alejen de Manuel Rosales, quien ha puesto todo su esfuerzo en hacer del Zulia un lugar mejor. A quienes dudan, solo puedo decirles: Rosales cumple, Viviana no.

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Luis Perozo Cervantes

Autor de 23 libros. Productor audiovisual. Conductor del programa "Puerto de Libros - Librería radiofónica". Presidente-fundador del Movimiento Poético de Maracaibo. Creador del podcast Cuestionario Cervantes. Editor-Jefe de Sultana del Lago Editores. Coordinador del Festival de Poesía de Maracaibo y la Feria Independiente del Libro de Maracaibo.

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