Flor de locura

Por Mauro D. Gallina

Sobre una composición enmarcada circularmente como si fuera un espejo, La extracción de la piedra de la locura(1475-1480) es una pintura del Bosco con múltiples simbolismos que remiten satíricamente a las ideas de la época y del lugar en donde surge. Se ve un conjunto de supuestos clérigos alrededor de un paciente que pide al maestro -según el texto que rodea el círculo- que le extraigan la piedra. Representados pictóricamente, vemos que uno de los personajes sostiene un elemento cortante sobre la frente del paciente, con gotas de sangre se ilustra la quirúrgica extracción. Flotando en una superficie metafórica, la pintura del Bosco representa la idea de que la locura es, para la época, una piedra que puede extraerse de las personas para quitarles lo que llamaban “necedad”.

Casi como un gesto de necedad vemos reiterativamente algunas estructuras que se manifiestan en las formas de ficción que hoy invaden la producción de series. Una característica generalizada y persistente en el formato es la presentación que, por medio de openings, cortinas o introducciones se reiteran capítulo a capítulo y, según el criterio espectatorial, pueden omitirse para ver directamente el capítulo en cuestión. En el prólogo a la Fenomenología del espíritu, Hegel realiza una descripción acerca de la escritura filosófica explicando la estructura de su obra desde la introducción. Su argumentación recorre la importancia del prólogo como parte constitutiva de la obra y ataca aquellos argumentos de desaire frente a la actividad de presentación.

El opening de las series cumple la función de introducir al espectador en el universo de la historia. Presenta aspectos clave de la trama y a sus personajes, al mismo tiempo que construye una narrativa propia que puede ir más allá de los acontecimientos principales. Además, puede ofrecer pistas sobre el desarrollo de la historia o condensar los conflictos centrales y periféricos. Como preludio, el opening facilita la inmersión en la ficción, en gran medida gracias a su característica pista musical. Algunas introducciones se han vuelto icónicas, evocando instantáneamente la serie a la que pertenecen. Ejemplos notables incluyen las sitcoms Friends y The Big Bang Theory, así como las animaciones de Los Simpsons y South Park. Por otro lado, están los openings de series de culto, como Twin Peaks y Breaking Bad, que destacan por combinar música con paisajes o incluso con elementos visuales únicos, como tablas periódicas. Este tipo de introducciones no solo presentan a los integrantes del proyecto, sino que también logran generar un fuerte vínculo emocional con el público.

Alma-Tadema, Lawrence, Las rosas de Heliogábalo(1888), óleo, 214 x 132 cm, colección privada, Roma.

El opening de Six Feet Under (2001-2005) utiliza un lenguaje visual cargado de metáforas para reflejar el tema de la serie, centrada en una familia dedicada a los servicios fúnebres. Cada episodio inicia con la dramatización de una muerte en pocos minutos. La introducción que abre cada episodio muestra imágenes simbólicas: un árbol frondoso sobre la línea de horizonte, manos que se separan, una camilla que se desplaza por pasillos hasta un coche fúnebre, manos que se higienizan y una inyección de formol que se desagota. Entre la sucesión de imágenes vemos un ramo de flores que se marchitan y, por último, el título aparece “enterrado” bajo el árbol, como si fuera un tótem de vida erguido sobre la tumba.

Por su parte, la introducción en The Decamerón (2024)utiliza una animación de ratas que simbolizan temas de muerte, religión y sexualidad mediante figuras formadas por movimientos en contraste con un fondo blanco y ángulos cenitales. Las ratas crean imágenes en conjunto de un memento mori, un torso femenino y un rostro gritando, además de una copa derramándose, unas manos que gesticulan plegaria y una cruz. Todas estas composiciones, formadas por el constante oscilamiento de grupos de roedores que se acercan y se alejan, constituyen un guiño estilístico. Este guiño no se vincula tanto al Boccaccio que brindó el texto original de la obra, sino más bien al espectador actual. El público contemporáneo puede observar cómo, entre los movimientos de las ratas, algunas se rascan y de ellas saltan pulgas. Estas pulgas, verdaderas causantes del virus que propagó la peste bubónica, dan lugar a una libre interpretación del texto. Este enfoque se desarrolla a lo largo de la seguidilla de capítulos. La música gregoriana de fondo añade un tono de misterio y solemnidad, evoca la tragedia histórica que hoy se presenta como comedia.

Explorar una obra implica no solo atender a su narrativa central según el género o el lenguaje al que pertenezcan, sino también a sus paratextos, sus inicios, sus cierres, prólogos y epílogos, que establecen códigos de lectura específicos. Hegel destacaba la importancia de los preámbulos, y Kant, por su parte, divulgaba su obra crítica a través de los Prolegómenos. En la pintura de El Bosco, la piedra de la locura se representa como una flor, sugiriendo que la locura, lejos de ser estigmatizada, podría ofrecer una experiencia estética valiosa. Así, la obra no solo relata una historia, sino que permite experimentar lo irregular y desafiar los estereotipos de la locura.

Las flores, según su especie, evocan diferentes anecdotarios míticos o legendarios. Son símbolos de recuerdo, como una no me olvides colocada sobre una tumba, y portadoras de múltiples significados. Pueden vincularse con actos de romanticismo, homenajes en aniversarios, o incluso con escenas de muerte y opulencia, como la flor que asfixia a los invitados del emperador romano Heliogábalo, inmortalizada en la pintura de Lawrence Alma-Tadema de 1888. En este contexto, las flores se convierten en una metáfora perfecta para las presentaciones, los prólogos y los openings: actos de apertura que, al igual que los pétalos de una flor, revelan contenidos ocultos y los hacen visibles con un formato único. Estas mismas flores, que asfixian la cordura y adornan la muerte, simbolizan la locura y la fragilidad de la vida. Del mismo modo, los openings enriquecen las historias, aportan profundidad a las tramas, ambientan los relatos y expanden, de forma metatextual, el universo de diversas ficciones. Así como regalar una flor en una primera cita es un gesto de inicio cargado de promesas, los openings son el obsequio que introduce a una serie, marcando el principio de su contenido y anticipando el peso de su desenlace.

Fuente

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