Un refugio para lo perdido

Por Milagros Sol Giannini

Existencositas que no sabemos dónde ubicar, materialidades que terminan perteneciendo a un cajón donde se mezcla todo aquello que no queremos desechar pero tampoco queremos mostrar. Allí, en la oscuridad de lo que no dejamos brillar, se crea un mundo que hechiza a lascositas y las convierte en algo más. Vico Goldstrom y Julieta Yos son aficionadas de esta transformación, les gustó tanto que las comenzaron a llamar “chucherías». Y como dejarlas fuera del reflector les parecía una injusticia, juntas crearon un proyecto donde artistas y feriantes pueden juntarse, mostrarle al mundo sus tesoros y encontrarles un nuevo dueño. Ese lugar se llamaChuchería y sus dos creadoras nos contaron un poco más de lo que va.

Retomando un poco sus inicios, este proyecto es independiente. Ambas son estudiantes de la carrera Curaduría de Artes en la UNA y cursaron materias que las pudieron haber ayudado en el armado deChuchería. ¿Cómo fue pasar de la teoría a la práctica? 

Vico Goldstrom: Nos conocimos cursando. Para Estudios Curatoriales tuvimos que elegir una exposición y analizarla, fue todo muy fluido. A lo largo de la carrera fuimos conociendo la forma de pensar de las dos. Siempre nos encontrábamos coincidiendo en gustos, en las cosas que nos interesan, la forma de escribir, la forma de pensar. Luego de conversarlo, sentimos que ese momento fue el que definió bastantes cosas. Fue una materia que nos ayudó mucho. También pasar tiempo juntas, pasear, recorrer, mirar. Siempre coincidimos mucho en todo eso, en crear cosas, en ver, en pensar. Ahí fue cuando dijimos: “probemos hacer algo juntas”. Pasar todo lo que aprendimos a práctica se sintió igual de fluido. Casi instintivo. Aunque tuvimos que resolver cosas sobre la marcha, aprendiendo del error y del intento, ya que mucho de lo que vemos en la facultad está orientado a la institución, al museo.

¿Cómo describirían la visión que tuvieron al pensar en este proyecto? 

Julieta Yos: Quizás no pensamos mucho una visión sino en las ganas que teníamos de hacer algo juntas que reuniera gente y ver cómo avanzaba. Tardó bastante en gestarse. Empezamos en 2023 y lo que teníamos planeado era otra cosa completamente diferente. Es más, se iba a llamar La Coquetta y lo veíamos más como museo: lugar grande, paredes lisas, cubo blanco. Los lugares que buscábamos eran así. Pero por temas de espacio y económicos le pusimos una pausa. Requería mucha inversión de nuestra parte, más que nada del lado monetario. También nos pasó que se hizo tendencia el concepto “coquette”y sentimos que iba a verse muy asociado a esa estética. No queríamos eso. Así que luego de unos meses, a principios de este 2024, volvimos a retomar la idea de tener algo juntas… pero cambiamos todo. El concepto fue transformándose. En una materia de la facultad estuvimos viendo muchas cosas de lo que hicieron Cecilia Pavón y Fernanda Laguna con Belleza y felicidad.Nos voló la cabeza y dio mucha inspiración. Entonces empezamos a pensar: ¿cómo hacemos para consolidar un espacio que sirva de encuentro, de refugio para lo que cada une hace? Para prácticas, objetos. Para cosas que se realizan con la cabeza, con las manos, que tienen tanto de cada persona, pero que al mismo tiempo sea un espacio mucho más accesible, posible y descontracturado. 

Al mencionar “refugio” me es inevitable pensar cómoChuchería tuvo sus primeras ediciones en un contexto donde se ataca la cultura. Las entradas son a la gorra, el evento se realiza en un centro de jubilados, le brindan un lugar de trabajo a feriantes y artistas. ¿Aquellas decisiones fueron conscientes de la crisis que se está atravesando o se fueron dando cuenta sobre la marcha del peso que tiene realizar esta propuesta en estos momentos? 

V.G: Todas las decisiones tomadas fueron a conciencia. Como comentamos, antes estábamos con la idea de La Coquetta. En la pausa que nos tomamos pensamos mucho en el momento social, político y económico particular. Al juntarnos a armar lo que ahora es el proyecto que tenemos, nos fue muy importante el contexto general del país. Es algo que nos interpela también a nosotras, por eso elegimos tenerlo en cuenta, por eso las decisiones que tomamos. No queríamos que lo económico sea un obstáculo para la concurrencia y producción. De hecho, en Chucheríahay algo de lo simple, en el buen sentido, que se puede ver en las ediciones que realizamos. Lo que está sucediendo nos importa. Por eso el uso de nuestras herramientas, como lo pueden ser las redes sociales, es también para dar información sobre temas significativos para nosotras, como la crisis universitaria, por ejemplo. Nos parece importante comunicar, sabemos que Chuchería nació en un momento de crisis y no miramos para otro lado. Cuando más complejo es el contexto, más hay que insistir. 

Ustedes se manejan con convocatoria vía redes sociales. ¿Cuál es su criterio para la selección de artistas y feriantes?

J.Y: Chucheríaestá recién empezando, es algo súper bebé y por eso nos manejamos con convocatoria. Pero también nos movemos bastante nosotras con esto de mandar mensajes invitando a artistas puntuales que nos gustan a las dos. Sobre el criterio, a partir de la segunda edición intentamos seleccionar las obras con temáticas disparadoras, no excluyentes de lo que se va a exponer. No queremos que sea algo cerrado, ni estricto, ni rígido, ni excluyente, sino que siempre intentamos que haya cierto estilo y conexión entre lo que vamos eligiendo. Es importante que tenga un poco de sentido y no sean cosas sueltas así porque sí. Nuestra forma de curar por ahora está siendo esa, la de buscar cierto estilo artístico afín a lo que nos interesa para cada edición. Creo que en las dos que hicimos hasta ahora hubo algo marcado que nos interesa. También coincidió que les feriantes y artistes fueron casi todes mujeres, como también hubo participación de personas trans. No fue algo a propósito, pero nos agrada la idea de dar espacio. Al pensarlo, nos vino a la cabeza la expresión “espacio seguro”, pero sentimos que es un término difícil, entonces nosotras decimos que Chucheríaes un espacio en construcción. 

Por el momento, hay mayoría de proyectos de artes visuales. ¿Tienen una preferencia respecto a ese lenguaje específico? ¿Les gustaría en un futuro ampliarlo o es una decisión tomada optar por uno específico? 

J.Y: Siempre intentamos que haya algo de fotografía, arte impreso, es lo que nos interesa, lo que nos gusta. Pero en un futuro queremos integrar más, algo de movimiento, de performance o de instalación. Dependemos también del espacio que habitamos en cada edición, pero no queremos que Chuchería se quede solo en una disciplina. Queremos seguir creciendo en esto.

Retomando un poco el uso de Instagram y la convocatoria. ¿Qué tanta jerarquización le dan a esta red social? ¿Instagram les parece determinante para el trabajo que realizan?

V.G: Instagram es determinante. Un proyecto es, y también un proyecto se muestra. Vivimos en una época en la que todo pasa por las redes sociales. Le damos la importancia que tiene. Recordamos que entre ediciones siempre hay un lapso de meses en los que un poco desaparecemos porque, bueno, no producimos, pensamos, descansamos, nos escondemos un poco. Después volvemos a aparecer para abrir convocatoria, interactuar un poco con la gente que está del otro lado y, claro, algunos seguidores bajan. Instagram es fundamental porque movemos el proyecto por ahí. Lo usamos a nuestro estilo y forma. Tampoco es que pensamos una estrategia de comunicación y nos ponemos en modo community manager porque no es lo que buscamos, no es lo que queremos. También lo usamos para archivo, subimos las fotos que sacamos en las ediciones. Instagram es muy importante. 

Tienen una estética muy marcada en redes sociales y su estilo de escritura, losflyers promocionales, el lugar donde transcurre el evento y la decoración del mismo. ¿Cómo la decidieron? ¿La describirían de alguna forma específica? 

V.G: En la estética usamos de inspiración el ya mencionado Belleza y felicidad. Pero investigando y leyendo, nos encontramos con un término que terminó definiendo toda nuestra identidad. El término de “cualquierismo”. Queremos leer de qué se trata: “Surge como una respuesta contemporánea a ciertos modos de entender la creación artística en el país. Es, sobre todo, disfrute. Animarse a la contradicción, al ridículo, al pequeño gesto, a la micropolítica. Arte porque sí, por puro placer de hacer, sin importar mucho cómo se hace”. Nos gusta pensarnos así. Jugamos cuando realizamos los textos, los flyers. Es un poco pastiche, un poco cualquier cosa, pero está también orientado a ciertas tipografías, estéticas un poco panfleto, un poco bazar, un poco Floricienta.

Chuchería tuvo su última edición el mes pasado, así que me es inevitable preguntarles: ¿HayChuchería para más rato?

V.G: ¿Si hay Chucheríapara rato? ¡Obviamente! Estamos proyectando todo el tiempo y con ganas de que crezca cada vez más. El 29 de noviembre nos invitaron al Festival Fractura para formar parte de la exposición. Nos gusta la idea de transportar Chuchería.Lo pensamos más como un espacio de difusión, para que circule y sigan conociendo. Después estamos pensando otra edición para el verano. Está la posibilidad de que hagamos una edición un poco más chiquita. También en ir mutando, nos gusta el taller como un espacio de producción. Pero en principio y lo más reciente es el Festival, vamos a estar compartiendo todo por nuestras redes sociales. Nos encuentran como @wwwchucheria en Instagram. ¿Van a venir, no? Chucheríarecién está empezando.

Imágenes: Vico Goldstrom

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