Este 11 de mayo de 2025 se conmemoran 47 años de la desaparición física de uno de los grandes íconos del deporte zuliano: Francisco de la Trinidad Contreras, mejor conocido como “Tarzán” Contreras. Nacido en Maracaibo el 20 de agosto de 1922, Tarzán fue un símbolo de la pasión beisbolera del Zulia durante las décadas de 1940 y 1950, un jardinero temido por su poderoso brazo, su velocidad y un promedio al bate que rozó la excelencia con un vitalicio de .298.
El apodo de “Tarzán” no fue casualidad. En su juventud, Contreras exhibía una fuerza y agilidad que evocaban al mítico personaje selvático. Desde los quince años ya era codiciado por varios equipos del béisbol local, siendo finalmente reclutado por La Perla Negra en el estadio de Belén. De allí, su carrera fue una constante escalada: jugó con Campo Rojo en la zona petrolera entre 1938 y 1940, y luego con Lehólico, Lactuario Zulia y Ondas del Lago en Maracaibo, destacando por su disciplina, reflejos y lectura del juego.
Uno de sus mayores hitos fue integrar el equipo campeón de la Serie de Béisbol Amateur de 1941 celebrada en La Habana, Cuba, donde Venezuela dejó en alto su nombre con una generación que marcaría un antes y un después en el deporte nacional. En 1942, Tarzán jugó en Panamá y fue declarado profesional, lo que lo llevó al equipo Venezuela hasta 1945 como jardinero central y tercer bate. A partir de entonces, su nombre estuvo vinculado a equipos emblemáticos del béisbol venezolano como Vargas, Magallanes, Pastora, Espadón y Centauros, siendo este último su último club entre 1956 y 1957.
Contreras acumuló 292 juegos, 940 turnos al bate, 280 hits, 109 carreras anotadas y 140 empujadas. Entre sus estadísticas resaltan sus 35 dobles, 12 cuadrangulares y 14 bases robadas. Pero más allá de los números, fue su carisma, entrega y respeto por el juego lo que lo convirtió en una figura entrañable. En la temporada 1954-1955, alcanzó su clímax al coronarse campeón bate criollo con un promedio de .359 jugando para Espadón, un logro que lo consagró como uno de los mejores de su tiempo.
A pesar de su enorme talento, Francisco Contreras nunca llegó a las Grandes Ligas, aunque tuvo dos oportunidades con los equipos Washington y Cardenales. En un acto de dignidad que evidencia la conciencia de su valía, rechazó los contratos por considerarlos económicamente indignos. Esta decisión, que muchos podrían haber lamentado, lo consolidó como un hombre de principios, que valoraba tanto su dignidad personal como su talento deportivo.
Su trayectoria incluyó giras internacionales en Cuba, Panamá, Colombia, República Dominicana y Puerto Rico, llevando siempre consigo el espíritu indomable del pelotero zuliano. Sin embargo, su carrera fue abruptamente interrumpida por una lesión en la pierna y por los estragos del alcohol, una sombra que opacó sus últimos años como deportista. Aun así, se calzó por última vez el uniforme en 1962, en un juego de veteranos entre Pastora y Gavilanes, donde los fanáticos volvieron a ovacionar a su Tarzán.
Francisco Contreras murió en Maracaibo el 11 de mayo de 1978, víctima de un infarto al miocardio, a los 56 años de edad. Su partida dejó un vacío en el corazón del béisbol zuliano, pero su legado permanece indeleble en la memoria colectiva. En cada narración de aquellos juegos gloriosos, en cada anécdota transmitida entre generaciones, el nombre de Tarzán Contreras sigue vivo, como símbolo de coraje, talento y zulianidad.
Hoy, a casi medio siglo de su muerte, lo recordamos como una leyenda que elevó el nombre del Zulia en los campos del Caribe y de Venezuela. Su vida, con luces y sombras, representa fielmente la esencia de un pueblo que lucha, que sueña y que nunca se rinde.