Este 10 de mayo de 2025, al cumplirse 85 años de su natalicio y ocho años de su fallecimiento, la comunidad académica del Zulia recuerda con respeto y admiración a Antonio Rafael Castejón Gutiérrez, ilustre matemático, académico y servidor público cuya vida estuvo dedicada al pensamiento riguroso, la docencia transformadora y la construcción institucional de la Universidad del Zulia.
Nacido en Cabimas el 10 de mayo de 1940, Castejón fue un hombre profundamente vinculado al desarrollo educativo de la región, símbolo de excelencia académica y liderazgo visionario. Se graduó de matemático en la Universidad Central de Venezuela, y posteriormente realizó estudios de postgrado en la Universidad del Zulia, enfocándose en el área de estabilidad de los sistemas dinámicos, un campo de notable complejidad científica que cultivó con dedicación y pasión.
Desde muy joven, formó parte del equipo intelectual que propició la modernización del pensamiento científico en la región. Fue miembro de la comisión que elaboró el proyecto fundacional de la Facultad Experimental de Ciencias (FEC) de LUZ, un hito en la historia académica del occidente venezolano, y luego se convirtió en uno de sus pilares: director del Departamento de Matemáticas, decano en dos períodos (1979-1982 y 1988-1991) y vicerrector académico de LUZ entre 1992 y 1996.
Durante su gestión, Castejón impulsó profundas transformaciones curriculares, promovió el fortalecimiento de la figura del becario académico como semilla del relevo profesoral, y defendió con firmeza la necesidad de actualizar los reglamentos académicos, con miras a una universidad más moderna, participativa y adaptada a los retos del siglo XXI. Su compromiso con la educación superior trascendía la administración: fue candidato a rector de LUZ en 1996, defendiendo un programa académico profundamente ético y de proyección nacional.
En 2013, el gobierno regional le confió la Secretaría de Educación del estado Zulia, desde donde reafirmó su convicción en el valor formativo del conocimiento y en la urgencia de atender el sistema educativo con políticas serias y sostenidas. Allí, como en todas sus responsabilidades, dejó huella de integridad, honestidad intelectual y apertura al diálogo.
Antonio Castejón fue mucho más que un matemático. Fue un arquitecto de instituciones, un maestro de generaciones, un cultor de la lógica que comprendía que la educación es, ante todo, un acto ético de compromiso con el otro. Su paso por la Universidad del Zulia es recordado como una de las épocas más fecundas en la consolidación académica de esta casa de estudios.
Entre sus publicaciones destaca el volumen Convicción (2000), donde recoge parte de su pensamiento reflexivo sobre la universidad, el país y el papel del intelectual en una sociedad en crisis. También fue honrado en vida con publicaciones institucionales como Homenaje al hombre académico (1997), donde colegas y estudiantes reconocen su contribución indeleble.
Hoy, al recordar su natalicio y conmemorarse otro aniversario de su fallecimiento en Maracaibo el 2 de noviembre de 2016, El Maracaibeño rinde tributo a un hombre de ciencia que supo abrazar el humanismo. Antonio Castejón representa la figura del académico íntegro, que pensó el Zulia desde el aula, el discurso y la acción, y cuyo legado continúa latiendo en cada estudiante, docente o profesional que entiende que el conocimiento no es una torre de marfil, sino una herramienta de justicia y transformación social.
