En la historia de la prensa zuliana, hay nombres que no solo representan la memoria de un oficio, sino que encarnan la perseverancia y el impulso de construir espacios para la libre circulación de las ideas. Uno de esos pioneros es Ramón Villasmil Machado, quien este 6 de mayo de 2025, habría cumplido 153 años. A más de un siglo de su nacimiento, su legado como forjador de la palabra escrita sigue siendo esencial en la identidad cultural y periodística de Maracaibo.
Nacido en la capital zuliana en 1871, Ramón Villasmil fue un hombre de su tiempo: trabajador desde la adolescencia, amante del oficio tipográfico y convencido de la necesidad de promover un periodismo responsable y al servicio de la ciudadanía. Su primera incursión en el mundo de las letras y los tipos fue como cajista en la Imprenta Americana, una de las instituciones más relevantes del sector editorial en la Maracaibo de finales del siglo XIX. Allí, entre tintas y prensas, forjó su carácter y se convirtió en un experto en los procesos editoriales, hasta alcanzar la dirección de la empresa, cargo que desempeñó hasta febrero de 1913, acumulando 24 años de entrega y experiencia.
El retiro de la Imprenta Americana no significó su alejamiento del mundo editorial, sino el comienzo de una etapa aún más ambiciosa. De la mano de los destacados hermanos Belloso Rossell, visionarios empresarios y defensores de la cultura zuliana, fundó la revista y tipografía Panorama, bajo la firma comercial de Villasmil y Co. Este proyecto inicial fue el preludio de una iniciativa que cambiaría para siempre el ecosistema mediático de la región.
En una época en la que Maracaibo —y el Zulia en general— demandaban espacios de información independiente y crítica, surgió la idea de fundar un gran diario. El fruto de ese anhelo colectivo vio la luz el 1 de diciembre de 1914, fecha histórica en la que salió publicado el primer número de Panorama, medio que desde sus páginas prometía ser reflejo y portavoz de las inquietudes de la sociedad zuliana.
En este diario, Ramón Villasmil ocupó un rol crucial como director y administrador, mientras que los Belloso Rossell figuraban como editores. Este equilibrio permitió que Panorama se convirtiera en poco tiempo en el referente informativo más influyente de la región. Su estilo sobrio, pero comprometido con las causas sociales, políticas y económicas del Zulia, le ganó el respeto de los lectores y marcó el inicio de una tradición periodística que sigue vigente hasta hoy.
La figura de Villasmil trascendió las rotativas. Su prestigio como hombre público lo llevó a desempeñar importantes responsabilidades en el ámbito político y social. Fue parlamentario, integrándose a la vida legislativa en defensa de los intereses zulianos, y servidor público, donde su ética y dedicación fueron reconocidas por propios y extraños.
No obstante, su mayor huella quedó indeleble en el periodismo. Durante los primeros años del siglo XX, la prensa escrita en Maracaibo se consolidaba como un actor social decisivo. En este contexto, Ramón Villasmil fue un puente entre el tradicional oficio de impresor y la figura del periodista moderno, capaz de dirigir un medio informativo con visión estratégica, sensibilidad social y un profundo respeto por la verdad.
Fallecido en Maracaibo el 18 de abril de 1949, su legado se mantuvo vivo no solo en las páginas de Panorama, que siguió su curso como baluarte de la prensa regional y nacional, sino también en el recuerdo de quienes lo consideraron un verdadero forjador de la cultura escrita zuliana. Hoy, cuando el periodismo enfrenta nuevos desafíos y transformaciones digitales, el ejemplo de Villasmil —de vocación, esfuerzo y servicio a la verdad— adquiere renovada vigencia.
Al cumplirse 153 años de su nacimiento, es justo y necesario recordar a Ramón Villasmil como el hombre que soñó con un periódico independiente, lo hizo realidad y abrió con ello un espacio para que el Zulia, su gente y sus ideas pudieran tener voz en el concierto nacional. Su figura se erige como símbolo de un periodismo ético, comprometido y profundamente zuliano.