En el noble ejercicio de la enseñanza, donde la vocación y la paciencia se entrelazan para forjar generaciones, el Zulia ha contado con mujeres cuya entrega ha dejado huellas imborrables en la formación de ciudadanos. Una de ellas es Yolanda Medina de Rodríguez, quien nació el 5 de mayo de 1933 y consagró su vida al magisterio con un compromiso que trascendió las aulas para convertirse en referencia de valores y constancia en la educación zuliana.
Desde su juventud, Yolanda Medina sintió el llamado de la enseñanza como un apostolado. Se formó como maestra normalista, título que en su tiempo representaba una de las más nobles credenciales del saber pedagógico. Su primer cargo lo ejerció en la Escuela Víctor Manuel Valero Pérez, donde comenzó a delinear un camino que estaría marcado por la entrega, la disciplina y la pasión por enseñar.
Pronto fue trasladada como interina al Grupo Escolar Nacional Ciudad Ojeda, institución en la que no tardó en destacar por su dedicación y método. Allí ascendió al cargo de maestra titular, y posteriormente fue designada encargada de la subdirección, responsabilidad que asumió con la madurez y el temple que siempre la caracterizaron. Este nuevo rol le permitió no solo impartir conocimientos en el aula, sino también orientar a sus colegas y participar en la planificación educativa de la institución.
La cima de su carrera la alcanzó como directora del Grupo Escolar Nacional General Eleazar López Contreras, función que desempeñó entre 1976 y 1993. Bajo su dirección, la escuela no solo se consolidó como un centro de excelencia educativa, sino también como un espacio donde los valores de la responsabilidad, la solidaridad y el respeto formaban parte del aprendizaje cotidiano. Yolanda Medina fue ejemplo para sus alumnos, maestros y la comunidad, siendo recordada como una autoridad cercana pero firme, siempre dispuesta a orientar y a impulsar iniciativas que enriquecieran la vida escolar.
Su desempeño no pasó desapercibido para las autoridades y la sociedad. En 1989, fue reconocida como Maestra del Año por la Asamblea Legislativa del estado Zulia, un galardón que exaltó no solo su capacidad pedagógica, sino también su ejemplar conducta como servidora pública. Este premio se sumó a otros reconocimientos, entre ellos la prestigiosa Orden 27 de junio en su primera clase, conferida por el Gobierno nacional a través del Ministerio de Comunicaciones, una distinción reservada para quienes han hecho del magisterio una verdadera misión de vida.
Más allá de los cargos y las medallas, Yolanda Medina de Rodríguez fue, ante todo, una apasionada educadora, de esas que dejan en sus estudiantes mucho más que conocimientos académicos. Sus exalumnos recuerdan su energía inagotable, su manera de motivar para que nadie se rindiera y su capacidad para convertir cada lección en un aprendizaje para la vida.
Su trayectoria se inscribe en el amplio y rico legado del magisterio zuliano, que ha sido columna vertebral del desarrollo regional. En ella se reconoce a todas esas mujeres y hombres que, en la cotidianidad de la enseñanza, han sido formadores de generaciones, sembrando en sus estudiantes no solo saberes, sino también valores fundamentales para la convivencia y el progreso.
En este 5 de mayo, día de su nacimiento, la figura de Yolanda Medina de Rodríguez es evocada como la de una maestra ejemplar. Su historia es reflejo de un tiempo en que la escuela era el centro de la vida comunitaria y los maestros eran guías y faros para las familias zulianas. Su vida es, sin duda, motivo de orgullo y un recordatorio de la importancia de aquellos que dedican su existencia a enseñar.
Crédito de la fuente: Esta nota ha sido elaborada a partir de la información contenida en el Diccionario General del Zulia, de Jesús Ángel Semprún Parra y Luis Guillermo Hernández, segunda edición, 2018, publicado por Sultana del Lago Editores.