Entre los pliegues más íntimos de la poesía zuliana, donde el verbo se hace susurro y, a veces, grito desgarrado de pasión y autenticidad, brilla con fuerza el nombre de Mariemma Mateo, nacida como María Emma Mateo López en Maracaibo el 5 de mayo de 1958. Su obra, marcada por una intensidad erótica sin concesiones y por una sensibilidad profundamente arraigada en la vida cultural marabina, se ha convertido en un eco indispensable dentro del panorama poético regional. Su fallecimiento, ocurrido el 8 de abril de 2022, dejó un vacío en la literatura del Zulia, pero también la huella imborrable de su audacia y ternura.
Mariemma Mateo fue mucho más que una escritora; fue una voz que, desde los márgenes del canon tradicional, supo provocar, amar y registrar las pulsaciones de una ciudad como Maracaibo, tan dada al calor de la palabra como al silencio cómplice. Realizó estudios de letras en la Universidad del Zulia (LUZ), los cuales no culminó, pero que sirvieron de base para su formación autodidacta y su aguda visión sobre la cultura y la poesía.
La vida de Mariemma se movió entre Maracaibo, Madrid, Barcelona y Portugal, territorios que ampliaron su mirada y nutrieron su escritura de un cosmopolitismo que nunca renegó de sus raíces zulianas. En España, respiró el aire de la bohemia y la vanguardia, pero fue en su tierra natal donde dejó la mayor parte de su legado, en especial con su proyecto de registro cultural titulado La Voseteca. Esta ambiciosa iniciativa buscó preservar la memoria oral de los personajes del ambiente cultural marabino, a través de entrevistas y grabaciones que se convirtieron en un tesoro documental de incalculable valor para el patrimonio regional. Su trabajo en este campo mostró una faceta distinta de la poeta: la de la cronista comprometida con la identidad y el testimonio.
Como escritora, Mariemma Mateo se dio a conocer especialmente por su libro Unicornio (1990), publicado por el Fondo Editorial Orlando Araujo y Ediluz. En estas páginas se percibe su inclinación hacia una poesía cargada de erotismo y provocación, en la que el cuerpo y el deseo son exaltados como vías legítimas de conocimiento y revelación. La crítica ha destacado este aspecto de su obra, especialmente en la voz de Julio Jiménez, quien la incluyó en la antología Donde la boca que te busca, publicación que resalta la producción femenina en la poesía zuliana. Para Jiménez, Mariemma Mateo encarna «una de las vertientes eróticas más contundentes de la escritura poética de la ciudad», donde el verbo se torna vehículo de un vivir auténtico y, en ocasiones, transgresor.
En efecto, su poesía no temía incursionar en los territorios del deseo explícito ni en el juego simbólico del escándalo. A través de sus versos, Mariemma construyó la figura de una femme fatale que, lejos de adherirse a los clichés, se proponía desarmarlos desde adentro. En sus textos, la mujer no es objeto sino sujeto activo de la pasión, y su erotismo se convierte en una afirmación de libertad y de existencia.
A pesar de sus largas estancias en el exterior, Mariemma Mateo nunca dejó de ser una referencia en la vida cultural zuliana. Su regreso constante a Maracaibo y su participación en proyectos literarios y culturales locales la convirtieron en una figura entrañable para escritores, artistas y gestores culturales de la región. Su nombre, sus gestos irreverentes y su verbo ardiente circulaban como parte del imaginario poético y bohemio de la ciudad.
La noticia de su muerte en abril de 2022 fue recibida con profundo pesar en los círculos literarios de Maracaibo y Venezuela. Sin embargo, su poesía, sus registros orales y su indómito espíritu siguen vivos. Mariemma Mateo permanece como símbolo de la mujer que escribe sin miedo, que celebra el deseo y que convierte cada verso en un acto de desafío y belleza.
Crédito de la fuente: Esta nota ha sido elaborada a partir de la información contenida en el Diccionario General del Zulia, de Jesús Ángel Semprún Parra y Luis Guillermo Hernández, segunda edición, 2018, publicado por Sultana del Lago Editores.
