GatoFest: ternura felina, conciencia ciudadana y cultura emprendedora se unieron en Maracaibo

En una ciudad donde cada vez más florecen las expresiones de solidaridad, creatividad y conciencia colectiva, el reciente GatoFest demostró que Maracaibo también puede ser un lugar para celebrar el amor por los animales y construir desde lo afectivo nuevas formas de ciudadanía. Más que un evento, este festival fue un gesto cultural que combinó emprendimiento, arte y activismo, todo en nombre de una causa: el bienestar animal.

Durante esta nueva edición del GatoFest, que tuvo lugar en un espacio al aire libre del norte marabino, se reunieron decenas de marcas locales, refugios independientes, voluntarios y amantes de los gatos para ofrecer a la ciudad una jornada llena de alegría, color y compromiso. Familias enteras, jóvenes, niños, adultos mayores y hasta visitantes de otras comunidades acudieron para compartir una experiencia que fue mucho más que una feria: fue un verdadero encuentro ciudadano.

La jornada incluyó actividades de adopción responsable, venta de accesorios, juguetes, snacks para mascotas, ropa y arte inspirado en nuestros amigos felinos. El ambiente fue festivo y acogedor, pero también atravesado por mensajes claros sobre el respeto hacia la vida animal. En este sentido, el GatoFest se consolidó como una plataforma de educación afectiva, donde se celebró la ternura al tiempo que se impulsó la conciencia sobre el abandono, la esterilización, y la responsabilidad compartida con los seres sintientes.

Uno de los puntos más valorados por los asistentes fue la presencia constante de emprendimientos con sentido social, como el del café temático @catpuccino.mcbo, un proyecto que ha sabido conjugar la estética del arte felino con la vocación educativa y de protección animal. Esta marca, que nació como un espacio para el café y el encuentro entre humanos y gatos, se ha convertido en referencia para quienes creen que es posible hacer cultura y comunidad desde lo cotidiano.

A lo largo del día, las personas pudieron no solo adquirir productos únicos y hechos a mano, sino también conocer de cerca el trabajo de distintas organizaciones y activistas que han dedicado sus vidas a rescatar, alimentar, curar y dar en adopción a gatos y perros en situación de abandono. Muchos de estos voluntarios, sin mayor apoyo institucional, sostienen refugios con esfuerzo propio, y eventos como el GatoFest se convierten en pequeñas trincheras de apoyo, visibilización y alivio.

En tiempos donde la crisis social ha golpeado con dureza todos los ámbitos de la vida marabina, resulta profundamente esperanzador ver cómo este tipo de iniciativas emergen para recordarnos que la cultura también es empatía, ternura y organización colectiva. Y que un festival de gatos puede ser mucho más que un día de diversión: puede ser una poderosa herramienta de transformación social.

Otro de los aciertos del evento fue su capacidad de integrar distintas disciplinas y públicos. Desde charlas informativas hasta talleres, pasando por la música en vivo, el arte gráfico y el humor, el GatoFest logró convocar a una ciudadanía diversa que encuentra en la causa animal un punto de unión y una forma de ejercer su compromiso con la ciudad.

En Maracaibo, donde a menudo los problemas estructurales ocupan todo el centro de atención, GatoFest vino a devolvernos la mirada hacia lo íntimo y lo necesario: el afecto, la compasión y el cuidado de los seres más vulnerables, incluidos los animales. Y si bien el evento ya culminó, ha dejado una estela de inspiración y afecto que seguirá creciendo en quienes participaron.

La ternura también puede ser un acto político, y este festival lo dejó claro. En cada adopción lograda, en cada niño que acarició un gato con asombro, en cada emprendedor que mostró sus productos con orgullo, se expresó esa Venezuela posible que se construye a partir del amor, la sensibilidad y la cultura viva.

admin@elmaracaibeno.art

El Maracaibeño es un periódico literario y cultural fundado por Luis Perozo Cervantes, cuyo primer y único número impreso fue lanzado el 8 de septiembre de 2014, bajo el lema “El nuevo gentilicio cultural”. Su creación surgió como respuesta a la necesidad de un espacio dedicado a la promoción y difusión de la cultura en Maracaibo.

El 1 de octubre de 2017, El Maracaibeño dio un paso importante al transformarse en un diario digital, convirtiéndose en el primer periódico de la ciudad enfocado exclusivamente en la cultura. Con su nueva versión digital, adoptó el lema “Periódico Cultural de Maracaibo”, extendiendo su alcance a todo el país.

Este periódico es una propuesta respaldada por la Asociación Civil Movimiento Poético de Maracaibo, que busca fomentar un periodismo cultural que contribuya a la construcción de una nueva ciudadanía cultural en la región. El Maracaibeño se posiciona como un vehículo para llevar las noticias más relevantes de la cultura, desde críticas de arte hasta crónicas y ensayos, cubriendo así una amplia gama de expresiones artísticas.

El Maracaibeño no solo es un medio informativo, sino un símbolo de la riqueza cultural de Maracaibo, llevando a sus lectores las noticias más importantes del ámbito cultural, tanto local como internacional.

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