Por Florencia Pérez Calonga
Los efectos secundarios, de Rocío Maruenda. Con Josefina García, Florencia Margiotta. En Microteatro. Serrano 1139. Funciones: domingo 22/12 y viernes 27/12: 20:30 hs/21 hs/21:30 hs y 22:00 hs.
Presentada en el marco de Microteatro, Los efectos secundariosse ajusta al formato breve sin perder intensidad ni profundidad. En apenas 15 minutos, despliega una trama que explora los vínculos entre el pasado, la memoria y las crisis personales con un toque de humor y un trasfondo fantástico. La economía de tiempo y espacio característica del formato potencia el impacto de cada elemento escénico, haciendo que cada gesto, palabra y silencio cobre relevancia.

La premisa de esta obra nos sitúa en un territorio enigmático donde lo cotidiano y lo fantástico se entrelazan. La casa de la infancia de Azul no solo funciona como un espacio físico, sino también como un territorio emocional cargado de nostalgia, secretos y recuerdos no resueltos. Es aquí donde la obra propone un viaje: no solo hacia lo que está escondido en un rincón polvoriento, sino hacia las capas más profundas de la memoria y la identidad.
El tema de la crisis personal encuentra un eco poderoso en Camila, cuya separación reciente la sumerge en un drama que la lleva a la teatralización de su propia existencia. Este contraste entre el impulso nostálgico de Azul y la desesperación casi paródica de Camila genera un dinamismo único en escena. El diálogo entre ambas es chispeante, cargado de humor y vulnerabilidad, lo que hace que el espectador se sienta cómplice de sus emociones y conflictos.

Las actuaciones de las protagonistas son destacadas. Azul encarna con sutileza el duelo silencioso por aquello que quedó perdido en el tiempo, mientras que Camila aporta un contraste electrizante con su exageración y dramatismo. La química entre ambas actrices es innegable, y cada interacción parece un duelo entre la introspección y la explosión emocional. La dirección, a cargo de Rocío Maruenda, apuesta por un ritmo ágil, donde los sucesos extraños se van desplegando con naturalidad, sin forzar el giro fantástico. Las transiciones entre el humor, el drama y lo surrealista están perfectamente equilibradas, logrando que el espectador no pierda el hilo, incluso cuando la narrativa se vuelve más caótica.
El emplazamiento en Microteatro aporta un valor añadido a esta obra, ya que el formato intensifica la experiencia del espectador. La cercanía física con las actrices y la intimidad del espacio amplifican la carga emocional y simbólica de cada escena. La obra demuestra cómo, en apenas un cuarto de hora, es posible construir un relato que resuene más allá del tiempo y el espacio, planteando preguntas universales sobre el pasado, el amor y la memoria.

Es así como Los efectos secundariosse destaca por su capacidad de conectar lo personal con lo colectivo. Las historias individuales de Azul y Camila no tardan en volverse universales, evocando la lucha constante entre lo que queremos olvidar y lo que inevitablemente vuelve a nosotros. Al sumergirnos en la trama, se revela que no se trata solo de recuperar algo perdido, sino de aceptar que, a veces, lo que buscamos está más allá de las paredes que intentamos reconstruir. Esta obra es un viaje sensorial y emocional que invita a reflexionar sobre el peso de los recuerdos, las crisis personales y el poder del ritmo como lenguaje universal. Con actuaciones que oscilan entre lo hilarante y lo conmovedor, logra dejar una huella en el corazón y la memoria de quienes la presencian.
Fotos gentileza Rocio Maruenda