En un emotivo homenaje, el Teatro Baralt develó este jueves 7 de noviembre su onceava estrella, dedicada al «Poeta Diamantino de la Gaita», Renato Aguirre. Este reconocimiento llega en el marco del quinto festival de la voz organizado por la Fundación Niño Simón, en una ceremonia que buscó no solo exaltar la figura del renombrado compositor sino también rendir tributo a la cultura gaitera y su contribución a la identidad zuliana.
La develación de la estrella, llevada a cabo por los hijos del homenajeado —Luis Ángel, Daniela y Ricardo Junior «El Pelón»—, es un claro testimonio de cómo la figura de Aguirre ha sido tanto un pilar de la música tradicional como un símbolo de la herencia cultural que se transmite de generación en generación. Al retirar el tapete que cubría la estrella, sus hijos no solo cumplieron con un acto ceremonial, sino que también manifestaron el orgullo y el sentido de pertenencia hacia el legado de su padre.
Jesús Lombardi, director del Teatro Baralt, entregó a los descendientes de Aguirre el «libro de las personalidades», donde cada uno dedicó palabras de gratitud a la institución. Sin embargo, esta ceremonia plantea preguntas sobre el esfuerzo de las instituciones en preservar y fomentar la cultura regional, más allá de las celebraciones eventuales. ¿Qué se está haciendo, de manera concreta y continua, para asegurar la difusión de la gaita y otras expresiones autóctonas que, como la obra de Aguirre, son parte vital de nuestra identidad?
A la ceremonia asistieron figuras importantes, entre ellas María del Valle Carneiro de García, presidenta de la Fundación Niño Simón a nivel nacional, y José Lossada, director de Gaita Baralt. No obstante, la presencia de estas autoridades debería ir acompañada de un compromiso real y sostenido para apoyar y difundir el trabajo de quienes, como Renato Aguirre, dedicaron su vida a la música y al arte tradicional. Su contribución con temas como La Elegida y Aquel Zuliano no solo enriquecen el acervo musical venezolano, sino que también representan una voz de resistencia cultural.
La inclusión de Aguirre como el segundo gaitero en el Paseo de las Estrellas del Teatro Baralt es un avance significativo, pero queda mucho camino por recorrer en la revalorización de la gaita como patrimonio cultural. La ceremonia de develación debería ser vista no solo como un homenaje al pasado, sino como un recordatorio de la responsabilidad compartida de preservar y promover el arte autóctono, para que este siga vivo en el corazón de los venezolanos.