Este 28 de abril de 2025 se cumplen 67 años de la fundación de la Asociación Zuliana de Ciegos, una institución pionera en la defensa de los derechos, la educación y la inclusión de las personas con discapacidad visual en el occidente venezolano. Fundada en 1958 por un grupo de invidentes zulianos egresados del Instituto Venezolano de Ciegos en Caracas, esta organización ha sido un faro de dignidad, superación y servicio para cientos de zulianos que han encontrado en ella una vía de integración cultural y social.
Bajo el lema “Por la cultura, la rehabilitación e integración social de los no videntes”, esta asociación nació en una antigua casa del sector El Milagro de Maracaibo, con Miguel Ángel Fereira como su primer presidente y autor del himno institucional. Desde el inicio, sus fundadores tuvieron claro que la discapacidad visual no debía ser sinónimo de exclusión, sino un reto para abrir nuevas rutas hacia la equidad.
Uno de sus principales logros fue la fundación, en ese mismo año 1958, del Centro de Atención Integral “Mario Florentín”, que más adelante se transformó en el Instituto Escuela Especial para Ciegos “Mario Florentín” (1966). Esta fue la primera escuela de su tipo en el occidente del país, destinada a ofrecer educación integral y especializada. A este centro se sumó en 1970 el Centro de Educación Básica para Adultos Ciegos “Dr. Ángel Enrique González”, desde donde han egresado artistas, músicos, docentes y profesionales universitarios que hoy dan testimonio de la eficacia y el compromiso de esta institución.
La búsqueda de una sede propia fue otra muestra de su perseverancia. En 1964, gracias al apoyo de Shell de Venezuela y las gestiones del entonces gobernador Luis Vera Gómez, se inauguró su primera sede formal en la avenida 3E de Maracaibo. Más adelante, en 1987, el Ministerio de Desarrollo Urbano (MINDUR) construyó el edificio actual en ese mismo terreno, adecuándolo a las necesidades de accesibilidad y formación de sus usuarios.
El impacto de la Asociación no solo se ha limitado al ámbito educativo. Ha tenido también una destacada presencia en el desarrollo urbano, al impulsar la instalación del primer semáforo sonoro del país en 1971, ubicado en la ciudad de Maracaibo. Además, contribuyó a la creación de la Plaza Luis Braille en la avenida Cecilio Acosta, como un homenaje permanente a la figura que revolucionó la educación de las personas ciegas.
A través de su programa radial “Invidentes en marcha”, transmitido por la emisora La Voz de la Fe, la asociación ha mantenido un espacio de orientación pedagógica, defensa de derechos humanos y difusión de historias de vida. Este programa ha sido una plataforma para educar a la sociedad sobre la realidad de las personas con discapacidad visual, así como un canal para promover los valores de inclusión, solidaridad y autonomía.
En sus 67 años de historia, la Asociación Zuliana de Ciegos ha sabido sostenerse mediante la autogestión, pese a las dificultades económicas y estructurales que han afectado al país. Ha sobrevivido a tiempos de crisis gracias al compromiso de su comunidad y la tenacidad de sus líderes, quienes han sabido abrir caminos donde antes solo había oscuridad.
Hoy, cuando el Zulia conmemora el aniversario de esta gran obra social, es oportuno recordar que la verdadera visión no reside en los ojos, sino en la voluntad de transformar el mundo desde la empatía, el trabajo colectivo y la esperanza. La Asociación Zuliana de Ciegos no solo ha enseñado a leer con las manos, sino a soñar con el alma.
