Este 25 de abril se conmemora el nacimiento de Enrique Romero, insigne escritor, dramaturgo, crítico de arte, actor y museógrafo nacido en Maracaibo en 1947, cuya partida física el 16 de diciembre de 2024 dejó un profundo vacío en el panorama cultural venezolano. Su vida, marcada por la sensibilidad artística, la devoción por la ciudad y el compromiso con la identidad regional, sigue siendo ejemplo de dedicación y constancia para las nuevas generaciones de creadores.
Romero encarnó como pocos el espíritu del cronista contemporáneo: testigo activo de la evolución estética y social de Maracaibo, su obra literaria y su acción institucional conforman una cartografía del alma zuliana, del gesto, la nostalgia y el esplendor de una ciudad en permanente transformación.
Fue director-fundador del Museo Municipal de Artes Gráficas Balmiro León Fernández, institución que inauguró en 1976 junto a figuras como Lía de Bermúdez, Luis Chacón, Sergio Antillano y Eneida Valerio. Por más de dos décadas, Enrique convirtió este espacio en punto de encuentro para artistas visuales, poetas, intelectuales y ciudadanos sensibles al arte. Desde su fundación, el museo apostó por difundir el arte gráfico y formar públicos, pero también funcionó como tribuna crítica para el debate cultural.
Romero también tuvo un rol central en el periodismo cultural del Zulia. Coordinó las páginas de “Arte y Letras” del diario Panorama entre 1976 y 1977, sección a la que ya se había vinculado como adjunto del crítico Néstor Leal. Su mirada estética, forjada en museos europeos y en lecturas minuciosas, le permitió articular una propuesta editorial de alta calidad, que acercó el arte a los lectores cotidianos.
Como actor, brilló en teatro y cine. Su papel de Jesús Enrique Lossada en el film Lossada Girasol de Rafael Araujo es recordado como una de las mejores interpretaciones del cine regional. Supo conjugar su oficio de escritor con el histrionismo del escenario: sus monólogos dramáticos, entre la ficción y el retrato psicológico, lo convirtieron en un autor aplaudido. En 1992 obtuvo el Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Lossada en la mención cuento.
Romero también fue poeta. Su libro Mujeres de Maracaibo (Monte Ávila Editores, 1990) recibió elogios de la crítica especializada. El poeta Miguel Ángel Campos lo definió como un “espejo de una nostalgia ficticia”, capaz de reconstruir con ironía y ternura los anhelos de una clase social en formación. Esta obra, junto con sus Frisos de Maracaibo (1982) y Dos piezas de teatro breve (2013), constituyen piezas clave para comprender la sensibilidad literaria del Maracaibo del siglo XX.
Enrique Romero fue uno de los primeros homenajeados del Festival de Poesía de Maracaibo en 2013, y formó parte activa del Movimiento Poético de Maracaibo, donde dictó talleres de crónica literaria y lectura. En 2014 recibió la Orden Rafael María Baralt a las Artes Escénicas en su sexta edición, y fue coautor del Himno del Municipio Maracaibo (2015) junto a Javier Rondón, con música de Ramón Alejandro Araujo Arteaga.
Su amor por Maracaibo fue una constante. A través del teatro, la poesía, el museo, la crítica, el periodismo y la conversación, Romero fue sembrador de conciencia patrimonial, defensor de los valores estéticos y constructor de memoria ciudadana. Falleció en su ciudad natal el 16 de diciembre de 2024, dejando un legado imborrable.
Enrique Romero fue —y sigue siendo— la memoria viva de la cultura marabina.