Por Florencia Pérez Calonga
Derecho de piso, escrita y dirigida por Ana Schimelman y Ian Shifres. Con Victoria Baldomir, Gerardo Chendo, Veronica Gerez, Nicolás Martin y Guadalupe Otheguy. En El Galpón de Guevara. Guevara 326. Funciones: jueves 21:00hs.
Entre bambalinas, en el caos y el drama del montaje de una obra, trabaja Brenda, la persona cuyo nombre nadie recuerda, pero que todos necesitan. Elle es le asistente, le que siempre está detrás, en la sombra de los reflectores, soportando lo insoportable por un sueño que parece inalcanzable. Este musical expone las horribles verdades de un elenco que brilla bajo las luces del escenario, mientras Brenda, la voz invisible, finalmente toma la palabra. ¿Cuánto cuesta el brillo del espectáculo? ¿Cuánto sacrificio es necesario para llegar al estreno? La obra plantea estas y muchas otras preguntas mientras nos lleva de la mano por el largo camino del ‘derecho de piso’ que hay que pagar para formar parte de la sociedad del espectáculo.

La obra, escrita y dirigida por Ian Shifres y Ana Schimelman, da vida a una puesta en escena que se construye y desmorona al ritmo de pedidos y órdenes, como: «¿Brenda, qué hacemos con la gorra del actor?» o «Brenda, ¿no tenés un cargador?». Estos fragmentos de diálogo cantado revelan con ironía la dependencia que el equipo tiene de esa figura invisible, a quien rara vez se menciona en los programas de mano. La sólida interpretación de Vero Gerez como Brenda aporta un matiz único, encarnando a esa asistente imprescindible y, a la vez, olvidada por todos, se convierte en la voz que suele pasar desapercibida, el personaje que canta la realidad de quienes viven detrás del telón.

Con mucho humor y un toque de cinismo, esta hermosa comedia musical aborda de manera original la idea del «derecho de piso», un concepto omnipresente en el ámbito laboral. Shifres y Schimelman nos muestran, a través de canciones cargadas de sarcasmo y situaciones cotidianas, la lucha por ganar un lugar en el complejo ecosistema teatral. La obra convierte este tema, generalmente asociado a sacrificio y frustración, en un relato luminoso, donde la ironía y la risa se entrelazan para reflejar un problema que atraviesan muchas personas jóvenes. El elenco, compuesto por Victoria Baldomir, Gerardo Chendo, Guadalupe Otheguy, y Nicolás Martin, complementa a Gerez, mientras tres músicos en escena –Agustín Cañas, Pablo Moral y Toto Shifres– potencian la experiencia con una banda sonora que es más que un simple acompañamiento; es un narrador omnipresente.

La música, según Ian Shifres, es una parte fundamental de la identidad de la Compañía Teatro Futuro, fundada junto a Mariano Tenconi Blanco y Carolina Castro en 2013. La obra, con su estilo cercano a lo cinematográfico, emplea la música en vivo como un ítem narrador, casi como un personaje más. Las canciones no solo acompañan la acción, sino que «opinan» y narran, tejiendo el entramado emocional de los personajes. Esta elección estilística se consolidó como una firma de autor para la compañía, donde cada nota y cada ritmo contribuyen a la construcción de una historia que, a través de la experiencia de Brenda, cuestiona el costo del brillo y la posición que ocupan quienes sostienen, desde las sombras, el mundo del espectáculo.

Derecho de piso se eleva como una celebración a la resistencia y a la pasión detrás de cada producción teatral. Más que exponer el sacrificio de quienes permanecen invisibles, la obra cuestiona las dinámicas de poder y la constante negociación de los sueños en un mundo donde la gloria es solo para unos pocos. Con una mirada humorística y agridulce, Brenda se convierte en un símbolo de perseverancia, recordándonos que el teatro no se construye solo sobre los aplausos, sino sobre los pasos silenciosos de quienes, día a día, siguen creyendo en la magia, a pesar de todo. La obra, en última instancia, nos deja una verdad: el brillo del escenario depende tanto de quienes están bajo las luces como de aquellos que, ocultos en la penumbra, sostienen los hilos desde las sombras.
Fotos gentileza @teatro.futuro
