‘EL GRAN TEATRO DEL MUNDO’: LA COMPANÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO LLEVA A ESCENA EL FAMOSO AUTO SACRAMENTAL DE CALDERÓN EN UN CORRECTO MONTAJE DIRIGIDO POR LLUÍS HOMAR

CALIFICACIÓN.- 6

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El Teatro de la Comedia abre su temporada teatral con ‘El gran teatro del mundo’ de Calderón de la Barca’, que se representa hasta el 24 de noviembre en la sala principal. Una obra que está considerada como unade las producciones teatrales más importantes del Siglo de Oro.Se trata de un auto sacramental que estaba destinado a representarse durante la celebración del Corpus Christi, que -después del Concilio de Trento- había adquirido una gran importancia para subrayar los valores de la eucaristía dentro de la Iglesia, que no aceptaba los preceptos de la Reforma.

El gran teatro del mundo’ es una obra paradigmática que intenta satisfacer las necesidades dogmáticas que la Iglesia de su tiempo imponía. Calderón de la Barca, hijo de la Contrarreforma y sabedor perfectamente del gran poder del teatro, crea en esta obra un imaginario escénico inédito hasta ese momento, conjugado con una versificación de una extraordinaria belleza cargada de reflexiones espirituales y filosóficas de enorme profundidadque ocupaban las mentes de sus conciudadanos de la época y que son todavía vigentes.

‘El gran teatro del mundo’ describe la vida como una escenificación y el mundo como un gran teatro en el que sólo a través de la muerte se llega a la vida eterna. Cada personaje escenifica un papel (arquetipo) y al finalizar la obra recibirá un premio o castigo según haya obrado en la vida. Los caminos de la religión -con todas sus complejidades-, y los del teatro -con toda su capacidad de fascinación- se ven reflejados en esta pieza que arrancacon la visita de Dios al mundo para organizar una función de teatro con la raza humana como actores y la Ley de Gracia como apuntador. Además, solo puede ayudar a las fragilidades de los intérpretes aportando estas palabras: «Obrar bien, que Dios es Dios».

Para analizar este montaje, hay que partir de la base de que no es nada fácil llevar a escena un auto sacramental y, mucho más, de que pueda conectar hoy en día con el gran público y las nuevas generaciones, aunque se trate de ‘El gran teatro del mundo’y lo haya escrito uno de los grandes genios de la historia del teatro. Estamos ante un texto cargado de filosofía, religión, hondura y mucha poesía pero que, quizás, no sea la mejor elección para abrir la temporada en el Teatro de la Comedia.

A nuestro juicio, que hemos visto ya cuatro adaptaciones de este clásico, se trata de un texto que nunca nos termina de convencer, -al menos representado-, por más empeño que le pongamos. Hay versiones que nos han gustado más o menos, interpretadas de forma brillante o no tanto, más o menos espectaculares… Pero la obra en sí encierra un poso de monotonía y, mucho más, si se hace una adaptación fidedigna como es el caso de este montaje dirigido por Lluís Homar,quien también es el artífice de la dramaturgia junto a Xavier Albertí y Brenda Escobedo.

Tengo que confesar que, una vez más y como siempre que he visto ‘El gran teatro del mundo’, he ido con muchas ganas y pensando que esta vez seguro que es la buena. Pero otra vez me ha vuelto a pasar; la apatía me ha vuelto a invadir en muchos momentos de la función, y eso que la he mirado con muy buenos ojos y me ha gustado mucho el trabajo de algunos de sus protagonistas. Ya desde el arranque, con el largo monólogo del ‘Autor’, presentía que la tónica no iba a cambiar. ¿No os pasa a veces que hay obras que, por muy prestigiosas que sean, no os terminan de convencer?Probablemente sea lo que a mí me ocurre con este texto, que se me atraganta. Dicho lo cual, esta adaptación -aún reconociendo cosas buenas, tampoco nos ha sorprendido. Es un montaje correcto, sin más, en el que Homar ha corrido pocos riesgos. 

Más allá del texto, la sobriedad es la característica fundamental de la puesta en escena diseñada por Lluís Homar, con algunos destellos brillantes y poco lugar para la sorpresa. Elisa Sanz ha creado la escenografía, bastante sencilla, en la que un enorme espejo cobra protagonismo y espectacularidad en la recta final del montaje. Pedro Yagüe firma el diseño de luces, que -como decíamos anteriormente- deja algún destello bonito en momentos puntuales de la obra. Deborah Macías, por su parte, es la responsable del vestuario mientras que Pau Arán se encarga del movimiento escénico. El único elemento original es la música presente en todo el montaje, que ha compuesto Xavier Albertí, a base de percusión fundamentalmente. Es Pablo Sánchez Sogorb quien se encarga de interpretarla -con muy buen acierto- en uno de los palcos bajos del teatro.

Es el apartado interpretativo, en líneas generales, lo que más no ha convencido de esta adaptación de ‘El gran teatro del mundo’. Todos los actores recitan bien el verso, algunos con más naturalidad y gracia que otros. Pero a todos se les entiende a la perfección, siendo conscientes de lo que están diciendo y transmitiéndolo a los espectadores. Hay que alabar, por supuesto, el magnífico trabajo que ha hecho Vicente Fuentes en este apartadoteniendo en cuenta, además, la diferencia de formación, acentos y edades de cada uno de los componentes del reparto, cada uno de su padre y de su madre. 

Entre todos ellos, me gustaría destacar especialmente a Pilar Gómez, graciosísima dando vida a ‘Labrador’, que se come el escenario desde su primera intervencióncon esa vis cómica tan personal que le caracteriza y su enorme desparpajo, protagonizando los momentos más divertidos de la función. También nos ha gustado mucho Carlota Gaviño interpretando al ‘Mundo’, uno de los personajes más complejos y que más peso tiene en la obra.La actriz canaria supera el reto con nota, tirando de solvencia y mucho oficio. Antonio Comas, por su parte, se mete en la piel del ‘Autor’, el otro personaje más destacado de la historia, junto al del ‘Mundo’, que se mueve por todos los rincones del Teatro de la Comedia.

Completan el reparto: Clara Altarriba (Pobre), Pablo Chaves(Rico), Yolanda de la Hoz (Hermosura), Jorge Merino (Rey), Aisa Pérez (Discreción), Malena Casado(Niño) y Chupi Llorente, que interpreta a la ‘Ley de Gracia’, quizás el personaje más desdibujado de todos. 


Lo mejor: Pilar Gómez, graciosísima dando vida a Labrador, y Carlota Gaviño, impecable interpretando al complejo ‘Mundo’. 

Lo peor: Es un montaje correcto sin más, que no aporta nada sorprendente y en el que se echa en falta un componente más de riesgo y de valentía. 

Aldo Ruiz

Fuente

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