
CALIFICACIÓN.- SOBRESALIENTE
En los Teatros Luchana, se representa durante tres únicos días (17, 18 y 19 de septiembre) ‘Un poyo rojo’, un excelente espectáculo creado en 2008, que ha sido representado en más de 30 países alrededor del mundo, en un total de 1.500 representaciones. ¡Ahí es nada! A lo largo de 60 minutos, Luciano Rosso y Alfonso Barón se dejan la piel sobre el escenario en un montaje que combina, de forma genial, el teatro físico, la danza contemporánea, el humor gestual y las acrobacias.
La acción se desarrolla en el vestuario de un gimnasio, equipado con la típica taquilla, un simple banco y una radio que preside la escenografía y que jugará un papel crucial. Allí, dos hombres entrenan sin tregua mientras los espectadores van ocupando sus asientos. A continuación, se desafían, se enfrentan, combaten y -finalmente- acabarán seduciéndose. Un duelo cuerpo a cuerpo, protagonizado por dos artistas que dominan este género a la perfección y que hacen las delicias del público que llena la sala 1 de los Luchana.
‘Un poyo rojo’ es una pieza en la que, a partir del lenguaje corporal, se mezcla la acrobacia y la comicidad a partes iguales, sin olvidarnos de la sensualidad y la sexualidad, que están muy presentes de principio a fin. El arte de seducir al otro con sus cuerpos, sus gestos y sus heroicidades acrobáticas -siempre con el humor de fondo-, es el hilo conductor de este show que arranca con un pique entre los dos protagonistas para ver cuál de los dos es el mejor. En esos primeros veinte minutos, ambos se desafían en un duelo ‘silencioso’ en el que cada uno muestra sus armas, y acabarán exhaustos.
A continuación, se dirigen a las taquillas mientras continúa la seducción. Miradas, gestos, insinuaciones… y mucha comicidad. Pero ahora, con la incorporación de un tercer protagonista: la radio. El personaje interpretado por Alfonso Barón se mira en el espejo mientras observa sigilosamente a su atractivo compañero de gimnasio. No puede evitarlo pero intenta no caer en la tentación, pase lo que pase. En ese momento, la radio empieza a sonar, pasando vertiginosamente de un dial a otro. Se escucha desde la retransmisión del partido de la Champions del Real Madrid a un programa de política, desde un magazine local de Madrid hasta la última hora de la actualidad. Hay que destacar que no hay nada programado. Barón va cambiado de emisora y ambos adaptan su interpretación y su expresión corporal a lo que escuchan en ese momento. De ahí, que cada función sea diferente. Es aquí cuando se produce uno de los mejores sketches de la obra protagonizado por Luciano Rosso, desesperado, con un paquete de cigarrillos. Y no contamos más para no avanzar spoilers. Lo mejor es ir a verlo.
A partir de aquí, el montaje dirigido por Hermes Gaido -responsable también del fantástico diseño de luces- va in crescendo. Al ritmo de una salsa-bachata, llega otra de las escenas cumbre de la función. Luciano Rosso y Alfonso Barón bailan desenfrenadamente combinando con maestría la danza contemporánea, las acrobacias, la sexualidad, la comicidad y, por supuesto, la complicidad.Es evidente la conexión que tienen entre ellos. A veces, incluso, no pueden evitar sonreír el uno al otro en determinados momentos hilarantes de la función, cuando el patio de butacas se inunda de risas y carcajadas. Se nota que llevan 1.500 funciones. En este número todo fluye a las mil maravillas. Destacar el extraordinario trabajo coreográfico, obra de Rosso, Barón y de Nicolás Poggi.
Durante una hora, Luciano Rosso y Alfonso Barón derrochan talento, carisma y humor sobre las tablas de los Luchana en un ejercicio de virtuosismo corporal que el público recompensa con una cerradísima ovación,como se puede comprobar en el vídeo. Segundos antes, concluía la trama de ‘Un poyo rojo’ que, como no podía ser de otra manera, termina con el beso apasionado de sus dos personajes protagonistas tras una hora de tensión sexual entre ambos, resiliencia para no caer en la tentación, un enorme esfuerzo físico y una buena dosis del mejor humor.
Como broche de oro,-y como regalo para el público- Alfonso Barón da paso a Luciano Rosso, que nos deleita con un desternillante sketch de la canción ‘El pollito pío’.Aquí, el crack argentino saca a relucir toda su artillería cómica: extraordinaria su expresión corporal y sus increíbles muecas, que van siendo cada vez más caricaturescas a medida que transcurre el número y se van sumando animales -con sus correspondientes imitaciones-. Absolutamente genial.
En definitiva, ‘Un poyo rojo’ es un soplo de aire fresco en la cartelera madrileña y una invitación a reírnos de nosotros mismos a través de los dos personajes protagonistas de esta historia que lleva representándose 15 años por todo el mundo, ¡y los que le quedan!.