El ballet es una de los bailes más hermosos del mundo. Es tan estético como sutil y artístico que visualmente nos gusta. No obstante, lo que nos envuelve son las historias mágicas que nos transmiten y nos mueven cientos de sentimientos. Las personas que practican esta manifestación artística cuidan mucho su imagen y mantienen una disciplina para lograr sus objetivos. Cabe mencionar que así como es hermoso, los riesgos de practicar ballet también son una amenaza que pocos llegan a enfrentar. ¿Quieres conocerlos?
Se busca la perfección
El ballet es muy exigente, demanda perfección. Varios bailarines buscan el éxito y es ahí donde caen en prácticas de riesgo que ponen en peligro su integridad. Los trastornos alimenticios son los que más se presentan. Asimismo, las exigencias externas y de sí mismos generan desgaste mental. Claramente, el deseo de ser mejor se enfoca de mala forma.
Lesiones y deformaciones
El ballet es una práctica que implica un daño, pues quien lo practica corre el riesgo de sufrir alguna lesión. Los entrenamientos son diarios y muy demandantes, pues exigen flexibilidad, fuerza y precisión. Los saltos y caídas incorrectas pueden provocar un esguince o fractura, en el peor de los casos. También podrían causar lesiones internas que impiden continuar con el baile. Los pies son otro punto, pues estos comienzan a deformarse por ciertos pasos de la danza.
¿Desgaste mental?
Quienes practican ballet mantiene su cerebro activo durante los ensayos, pues deben aprender y repetir las coreografías. Sus mentes son estimuladas para no tener ni un error cuando entran a escena y debe ir al ritmo de la música. Para algunos puede ser complicado para otros estresante, todo depende de cómo se trabajen las emociones. Lo que es cierto es que el ballet así como tiene riesgos ayuda a tener mayor coordinación y memoria.
¿Te gusta el ballet, lo practicas? Cuéntanos.