La noche del pasado 29 de agosto, el público marabino se reencontró con el teatro clásico europeo a través de una versión renovada y vibrante de «La Posadera», célebre comedia escrita por Carlo Goldoni en 1750. El escenario del Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo acogió esta función especial, producida por la Agrupación Actoral TEA, y que contó con la adaptación escénica de Ronald Millán, bajo la producción de Gaudy Alarcón e Isaías Villavicencio.
El montaje apostó por una lectura contemporánea de la obra, destacando la agudeza crítica de Goldoni sobre los roles de género, el poder social y las tensiones entre deseo e independencia. En el centro de la historia brilla Mirandolina, una posadera astuta, magnética y decidida, que lidia con los cortejos de cuatro hombres de distintas condiciones: un conde rico, un marqués empobrecido, un caballero misógino y un criado oportunista. Cada uno representa una visión del poder masculino, y cada uno será hábilmente burlado por la protagonista, sin perder nunca su elegancia ni su autonomía.
La dirección se inclinó por una puesta en escena dinámica, fresca y visualmente atractiva, logrando que un texto del siglo XVIII resonara con fuerza entre el público del siglo XXI. En una Maracaibo que lucha por mantener sus espacios culturales vivos, la presencia de obras como ésta confirma que el teatro puede ser al mismo tiempo herramienta de entretenimiento y reflexión.
El elenco, compuesto por ocho actores zulianos, demostró versatilidad y cohesión. Su trabajo corporal, el ritmo de las réplicas y la energía compartida en escena lograron mantener el interés de principio a fin, provocando risas genuinas y también momentos de introspección. La interpretación de Mirandolina fue especialmente destacada, encarnando una figura femenina que, sin dejar de ser seductora, impone con firmeza su criterio y autonomía frente a las pretensiones de sus pretendientes.
En medio de una estética cuidadosamente equilibrada entre lo clásico y lo moderno —con vestuario sugerente de época y una escenografía funcional—, se tejió una narración que celebró la inteligencia femenina como herramienta de resistencia, incluso en contextos profundamente patriarcales.
El público respondió con entusiasmo: aplausos sostenidos, risas cómplices y comentarios elogiosos al final de la función. Varios asistentes destacaron la pertinencia del tema, recordando que aún hoy muchas mujeres deben negociar su libertad en entornos donde las estructuras de poder siguen siendo excluyentes.
«La Posadera», en esta versión marabina, no solo reafirma el talento y la sensibilidad del teatro regional, sino que también reivindica al arte como espejo crítico de la sociedad. En una ciudad que sigue enfrentando desafíos para sostener su tejido cultural, este tipo de propuestas representan una inyección de vitalidad y un recordatorio del poder transformador de las tablas.
La Agrupación Actoral TEA, con esta producción, se consolida como una de las agrupaciones más relevantes del panorama escénico zuliano, capaz de dialogar con las tradiciones teatrales más universales desde una perspectiva local, honesta y comprometida.