El sábado 6 de septiembre, el Teatro Baralt volvió a convertirse en el corazón emocional de Maracaibo al acoger la puesta en escena de Impregnados, una obra profundamente conmovedora presentada por la Fundación Generación Teatro Sur. Bajo la dramaturgia y actuación del sensible artista Carlos Luzardo, la pieza recorrió con intensidad poética las distintas formas de amor que perviven en los afectos cotidianos, dejando en cada asistente una huella difícil de borrar.
Impregnados no es una historia convencional, ni una narración lineal sobre el romance. Es, más bien, una exploración teatral de los gestos pequeños, de los silencios que dicen más que las palabras, de las miradas cómplices que construyen una intimidad única entre dos seres que, desde el escenario, hablaron directamente al alma del público. Junto a Luzardo, el actor José Morán compartió el escenario para dar vida a una pareja marcada por la ternura y la aceptación mutua, dos elementos escénicos que alcanzaron una dimensión universal en la representación.
Con una puesta en escena minimalista y delicada, los intérpretes lograron llenar cada rincón del centenario teatro con una narrativa cargada de humanidad. La pieza se desenvolvió con una cadencia serena pero envolvente, en la que el espectador fue testigo de momentos simples pero cargados de significado: una caricia, una pausa, una despedida. El clímax dramático llegó cuando uno de los personajes enfrenta la muerte, en un momento tan desgarrador como hermoso, donde la pérdida no anula la presencia sino que la transforma en memoria viva.
Este punto de inflexión no solo marcó un giro emocional en la obra, sino que consolidó el mensaje de Impregnados: amar es dejarse marcar por la existencia del otro, incluso cuando la ausencia se impone. Fue así como el público vivió en carne propia ese tránsito desde el amor compartido hacia el amor en recuerdo, un tránsito difícil pero profundamente real, como lo es la vida misma.
El desenlace fue tan inesperado como poético. Los actores descendieron del escenario para entregar rosas azules a los espectadores, un gesto tan simbólico como emotivo que convirtió la despedida en un acto de gratitud y conexión directa con el público. Cada rosa parecía sellar un pacto de memoria y sensibilidad entre los intérpretes y los asistentes, consolidando así una experiencia teatral que trasciende el espacio escénico.
La Fundación Generación Teatro Sur, con esta producción, reafirma su compromiso con un teatro comprometido, sensible y estéticamente honesto. Su presencia en el Baralt marca un momento significativo para las artes escénicas regionales, demostrando que el arte zuliano sigue explorando caminos de alta factura artística y emocional.
La labor de espacios como el Teatro Baralt, que continúa abriendo sus puertas a compañías independientes y propuestas de profundo contenido humano, resulta fundamental para preservar y revitalizar el arte teatral en la región. Su director general, el arquitecto Jesús Lombardi, junto al equipo técnico y administrativo, ha sabido mantener viva la llama de este templo cultural, permitiendo que las historias como Impregnados lleguen al corazón del pueblo marabino.
Así, entre luces cálidas, silencios que hablaban y aplausos conmovidos, se selló una jornada inolvidable en la vida escénica de Maracaibo. Impregnados no solo fue una obra sobre el amor: fue una experiencia que impregnó de sensibilidad a todos los que tuvieron el privilegio de presenciarla.