Lenín López Ferrer, nacido en Machiques el 6 de marzo de 1955 y fallecido en Maracaibo el 3 de agosto de 2018, fue un cronista, animador y promotor cultural cuya vida estuvo íntegramente dedicada a la exaltación y resguardo de los valores patrimoniales del Zulia, en especial de su tierra natal, Machiques de Perijá. Su trayectoria, aunque discreta en el ámbito nacional, tuvo un impacto profundo en las comunidades zulianas donde ejerció una labor constante y comprometida por el fortalecimiento de la identidad regional a través de la cultura.
Realizó estudios en el CLACDEC, en la especialidad de comunidades y municipios, lo que sin duda marcó el carácter comunitario y participativo de su trabajo cultural. Desde su rol como coordinador general de los centros y casas de cultura adscritos a la Secretaría de Cultura del estado Zulia, López desplegó un enfoque que combinaba la formación, la promoción y la difusión artística con una visión profundamente territorial y afectiva. Era, como se dice en el Zulia, “de los que trabajaban bajito pero con fuerza”, cercano a la gente y consciente del poder transformador de la cultura popular.
Uno de los hitos más significativos de su legado fue la creación de la bandera del municipio Machiques de Perijá, símbolo que sintetiza con notable expresividad la geografía, historia y cultura de esa región perijanera. Instituida oficialmente el 15 de noviembre de 1994 mediante ordenanza municipal, la bandera presenta tres franjas horizontales: azul, por la hidrografía y el cielo; verde, por la vegetación y la producción agrícola; y una central de color amarillo, doble en grosor, que simboliza las riquezas naturales y humanas. En el centro de esta última se despliega un conjunto de emblemas en forma de corazón invertido: las montañas de la cordillera de Perijá, el sol, el rostro de un indígena, una flecha apuntando hacia arriba —símbolo de defensa del territorio—, la cabeza de un ejemplar de ganado vacuno, una fuente de agua, una hoja de plátano a la izquierda y una planta de maíz a la derecha. Esta composición es un verdadero manifiesto visual de la identidad machiquense y constituye uno de los más hermosos diseños heráldicos del Zulia moderno. En su honor, el 18 de noviembre fue instituido como Día de la Bandera y del Himno Municipal.
Además de su labor simbólica y organizativa, Lenín López fue pieza clave en el desarrollo de proyectos editoriales y de investigación histórica. Coordinó el proyecto “Historia de Machiques de Perijá”, concebido y dirigido por el historiador Rutilio Ortega, en el cual se consolidó una memoria colectiva valiosísima sobre esta región fronteriza de vocación ganadera e indígena. Su papel como coordinador general fue esencial para articular esfuerzos entre cronistas, investigadores y vecinos, en un proceso que dignificó el relato local frente al centralismo de la historiografía tradicional.
También contribuyó como investigador auxiliar en la elaboración del libro Virgen de Chiquinquirá, madre y virgen de los zulianos (2005), obra del mismo Ortega. Allí, la devoción mariana zuliana, con sus raíces coloniales y su vigor contemporáneo, es tratada con rigor documental y fervor popular. Su colaboración reafirma la versatilidad de López como investigador y su devoción por los símbolos espirituales que cohesionan a la sociedad zuliana.
Fue miembro activo del comité organizador de la Feria de la Chiquinquirá en dos oportunidades, lo que lo vinculó directamente con una de las expresiones más vigorosas del sincretismo cultural y religioso del occidente venezolano. Su participación fue reflejo de su vocación de servicio y su convicción en la festividad como espacio de encuentro ciudadano y reafirmación identitaria.
En suma, Lenín López Ferrer encarna la figura del cultor público, silencioso pero trascendente, que supo colocar su talento al servicio del colectivo, sembrando memoria y pertenencia en cada bandera izada, cada casa de cultura animada, cada archivo revisado. Su obra no solo ilustra un compromiso con la cultura, sino una apuesta por el arraigo como forma de resistencia y esperanza. Hoy, al recordar su paso por esta tierra, resuena con especial fuerza el canto perijanero que celebra la vida digna y laboriosa de quienes, como él, eligieron la cultura como trinchera y horizonte.
Si . Su arduo trabajo es muy significativo ,muy valioso . Que en lo sucesivo sigan personas de este bello querido y maravilloso pueblo aportando hechos para nuestra región .Para que el gentilicio perijanero sea más tomado a nivel nacional. Mil disculpas por mi comentario. Dulis. E. Brito Toro