El pasado sábado por la mañana, en la Librería del Sur Berta Vega de Maracaibo, se celebró un acto cultural que reafirma la vitalidad poética y el compromiso editorial del país: la presentación y bautizo del libro Nadie y ninguno, más reciente obra del poeta, ensayista y editor César Seco, bajo el sello de la Editorial Urgente. En un ambiente marcado por la calidez de la palabra y la sonoridad del cuatro, ejecutado magistralmente por el maestro Gustavo Colina, los asistentes fueron testigos de un encuentro que conjugó poesía, reflexión y música en pleno corazón del casco histórico marabino.
El presentador brindó una semblanza afectuosa y lúcida del autor, destacando la larga amistad que los une desde sus años de formación en la Escuela de Letras, una amistad tejida entre libros y admiraciones compartidas por figuras tutelares como Enrique Arenas, Elías David Curiel y Lydda Franco Farías. En sus palabras, León resaltó el carácter madurado y esencial de Nadie y ninguno, un libro que —dijo— es el producto de años de decantación, de una escritura a pulso, línea a línea, tal como lo exige la auténtica poesía.
César Seco, nacido en Coro en 1959, ha desarrollado una trayectoria poética que combina la introspección lírica con una visión simbólica de lo cotidiano. Fundador de la Casa de la Poesía “Rafael José Álvarez” y de la Bienal de Literatura “Elías David Curiel”, ha sido dos veces merecedor del Premio Municipal de Literatura de la Alcaldía de Miranda (1993 y 2000) y obtuvo el Premio Nacional de Poesía en la Bienal Ramón Palomares (2005) por su libro El Viaje de los Argonautas. Su obra, que incluye títulos como El laurel y la piedra, Oscuro ilumina, Mantis, La playa de los ciegos y El poeta de hoy día, ha sido traducida a varios idiomas y publicada en revistas de Venezuela, Brasil y otros países.
En esta nueva entrega, el título mismo del libro sugiere una dualidad, una paradoja existencial que Seco condensa en sus versos con una sobriedad elegante. “Una dualidad sólo correspondida en el poema”, ha dicho él mismo. “Hablo de ese difícil equilibrio entre sencillez y profundidad…”, expresó también, como quien advierte que la verdadera poesía no se grita, sino que se insinúa en el ritmo de lo esencial.
La Librería del Sur Berta Vega, espacio bautizado en honor a una de las grandes figuras de la cultura marabina, fue el marco ideal para este reencuentro del autor con Maracaibo. Fue en esta ciudad donde muchos conocieron por vez primera la obra de los poetas de Coro, gracias a los puentes tendidos por figuras generosas como Enrique Arenas y Lydda Franco. Así, Nadie y ninguno no es sólo un libro, sino también un gesto de retorno, una forma de agradecer a la ciudad que acogió, hace ya décadas, la voz incipiente de un joven poeta que ahora regresa con el aplomo de la madurez.
El acompañamiento musical de Gustavo Colina, con su maestría en el cuatro, añadió una dimensión sensorial al evento, recordando que la poesía y la música han sido desde siempre aliadas en la búsqueda de lo bello y lo verdadero. Colina, recientemente llegado de una gira por Moscú, ofreció piezas que resonaron con la emoción de los asistentes, haciendo del acto un verdadero encuentro de artes.
Con esta presentación, Nadie y ninguno se suma al conjunto de obras que consolidan a César Seco como una de las voces más significativas de la poesía venezolana contemporánea. Su escritura, profundamente conectada con los símbolos naturales —el árbol, por ejemplo, como figura de enraizamiento y elevación—, habla de una poética que no se deja seducir por la inmediatez, sino que apuesta por la permanencia.
El evento también dejó constancia del papel fundamental que siguen desempeñando los espacios culturales como la Librería del Sur en la vida cultural de Maracaibo. En tiempos donde la precariedad amenaza los circuitos del libro y de la lectura, iniciativas como esta devuelven esperanza y dignidad al oficio de la palabra.