La noche del domingo 14 de septiembre, el Centro Bellas Artes Ateneo de Maracaibo fue escenario de una experiencia sensorial y cultural sin precedentes, en el marco inaugural de la Semana Cultural Alemana 2025. Con un lleno total y una atmósfera expectante, el recinto acogió a la innovadora banda suizo-alemana Malstrom, cuyo concierto, cargado de fuerza, virtuosismo y vanguardia, marcó el inicio de una semana dedicada al intercambio artístico y educativo entre Alemania, Suiza y Venezuela.
El evento, realizado gracias a la articulación del Goethe-Institut, la Embajada de Alemania en Venezuela, la Embajada de Suiza y la Fundación Espacio Suizo, fue una verdadera celebración del poder del arte para unir culturas y expandir horizontes. Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del presidente del CBA, Fergus Walshe, y la directora general Liliana Blanco, acompañados por el director del Goethe-Institut, Thomas Schaumberg, y el embajador de Suiza en Venezuela, Gilles Roduit. En sus discursos se hizo hincapié en el valor del arte y la educación como puentes de diálogo entre naciones, reafirmando a Maracaibo como una ciudad abierta a la diversidad y a la experimentación creativa.
La noche inició con una pieza que dejó sin aliento a los presentes: Obertura Mali-Mai, un espectáculo de luces y sonido ideado por los artistas Enrique Rincón Canáan y Marlon Medina. Esta creación, que combinó instrumentos tradicionales wayuu con sintetizadores modernos, se proyectó sobre un impresionante tapiz del maestro indígena Luis Montiel, logrando una simbiosis entre lo ancestral y lo tecnológico. Con el mapping visual como lenguaje escénico, la obra rindió tributo a la herencia cultural del pueblo wayuu, conectando la memoria del territorio con las estéticas contemporáneas. Fue, sin duda, uno de los momentos más impactantes de la velada.
Luego, el trío Malstrom tomó el escenario. Florian Walter (saxofón), Axel Zajac (guitarra) y Jo Beyer (batería) ofrecieron un concierto que desafió las estructuras tradicionales del jazz. Su estilo, una osada mezcla de improvisación libre, nu metal y música electrónica, creó una atmósfera densa, energética y a la vez profundamente estimulante. Cada pieza era una exploración sonora que rompía con las convenciones, transformando el espacio en un laboratorio de emociones. Los músicos, dueños de una química explosiva, conectaron de inmediato con el público marabino, que respondió con ovaciones a cada pasaje de intensidad, cada solo inesperado, cada quiebre rítmico que dejaba al espectador en vilo.
El público, diverso en edades y procedencias, celebró cada instante de esta noche que hizo del arte una herramienta para el asombro y el entendimiento. La conducción del evento estuvo a cargo de Adriana González y Carlos Alberto Bracho, quienes guiaron a los asistentes entre intervenciones musicales y anuncios sobre las actividades por venir en la SCAM 2025. El programa continúa hasta el miércoles 17 con charlas informativas sobre estudios en Alemania, proyecciones de cine y mesas de diálogo sobre temas sociales de interés común.
La presentación de Malstrom en Maracaibo no solo significó una apuesta por la música de avanzada, sino también una afirmación de la ciudad como epicentro cultural capaz de recibir propuestas de talla internacional sin perder su raíz local. Al integrar la fuerza de lo europeo con el reconocimiento a los saberes indígenas, esta noche mágica abrió un nuevo capítulo en el vínculo entre tradición e innovación, entre lo local y lo global.
En medio de un país que enfrenta múltiples desafíos, el arte sigue demostrando su capacidad transformadora. Maracaibo, una vez más, se erige como ciudad que no renuncia a soñar con los ojos abiertos, que encuentra en la cultura un camino de resistencia y de belleza compartida.