Este 11 de mayo de 2025 se conmemoran 88 años del nacimiento de Ildebrando Rossi Ciacci, maestro del color y la forma, nacido en Milán, Italia, en 1937, y radicado en Maracaibo desde 1950, ciudad que abrazó como propia y a la que entregó su talento en las artes visuales, la restauración, la docencia y la gestión cultural. Su legado es una herencia cromática que palpita aún en los salones de arte, las aulas, las instituciones culturales y en la memoria viva de generaciones de artistas zulianos.
Hijo del pintor Vitaliano Rossi, Ildebrando heredó la sensibilidad artística desde la infancia. En su juventud se formó en la Escuela de Artes Plásticas Neptalí Rincón, donde estudió arte puro y dibujo técnico. Su interés por la escena lo llevó a realizar cursos de escenografía y arte escénico en el Ateneo de Caracas, además de especializarse en dibujo y restauración artística, campos en los que alcanzó niveles de excelencia. Pero más allá de la técnica, Rossi fue un hombre que entendió el arte como una forma de vínculo social y espiritual.
Durante décadas, Ildebrando enseñó bellas artes, dibujo y escenografía en las escuelas Neptalí Rincón y Julio Árraga, dos de los principales semilleros artísticos del estado. Allí no solo impartía conocimiento, sino también pasión, ética y un profundo respeto por la expresión artística como medio de transformación humana. Su labor como educador marcó profundamente el desarrollo del arte zuliano contemporáneo.
Su huella institucional fue igualmente significativa: fue director del Instituto de Artes Carlos Parra Bernal (1969-1970), de la Academia Neptalí Rincón (1970-1980) y del Museo General Rafael Urdaneta, cargos desde los que promovió exposiciones, concursos y encuentros culturales a nivel regional y nacional. También ejerció como jefe de Planificación Cultural y director de la Unidad Artístico-Cultural-Histórica del estado Zulia. Desde esos espacios articuló proyectos que permitieron visibilizar el talento local y preservar el patrimonio plástico del estado.
Como artista, Rossi cultivó un estilo figurativo con un intenso trabajo de taller, donde la vivacidad del color antillano se fundía con la técnica europea del retrato. Su obra fue descrita por críticos como Carlos Sánchez Fuenmayor como una defensa digna del instinto formalista, anclada en la belleza del color y la expresión humana. Participó en decenas de exposiciones individuales y colectivas en Venezuela e Italia, siendo galardonado con el Gran Parnasso, máximo reconocimiento artístico de la ciudad de Aquila (1981), además de recibir en Venezuela la Orden al Mérito al Trabajo en su primera clase.
Entre sus exposiciones más recordadas se encuentran “Resonancia del tiempo y el espacio” (1983), “Sabor criollo” (1986), “La fuerza del color” (1999) y la retrospectiva “Dos épocas, dos estilos” en la Galería Francisco Hung (2005). También trabajó intensamente en escenografías teatrales y en la restauración de valiosas obras patrimoniales, desarrollando en Italia investigaciones sobre archivo y catalogación de arte.
Falleció en Maracaibo el 12 de diciembre de 2009. Hoy, a casi 16 años de su partida, su legado sigue presente no solo en sus obras, sino en la formación de cientos de artistas y promotores que lo consideran maestro, guía y referente. Su vida fue una constante búsqueda de la belleza, no como artificio, sino como revelación del alma zuliana.
Ildebrando Rossi es, sin lugar a dudas, uno de los pilares del arte visual en el occidente venezolano. Recordarlo es no solo un acto de justicia, sino también una celebración de la cultura que él ayudó a moldear con firmeza, pasión y color.