En el corazón del Zulia, donde la devoción, el canto y la protesta se entrelazan, el nombre de Ricardo José Aguirre González resuena con fuerza cada vez que se escucha una gaita. Este 9 de mayo de 2025, al cumplirse 86 años de su natalicio en Maracaibo, el pueblo zuliano rinde homenaje a quien en vida fue, es y será recordado como El Monumental de la Gaita, título que no solo define su grandeza artística, sino también su profundo compromiso con la identidad regional.
Maestro de educación primaria, locutor, cuatrista, guitarrista, compositor y, sobre todo, cantante de voz potente y sentida, Aguirre encarnó la esencia misma del zuliano auténtico. Se graduó en la Escuela Normal Nacional Gervasio Rubio del Táchira en 1959 y comenzó su vida profesional en Bachaquero, donde ejerció como docente. De regreso a Maracaibo, fue parte activa de la comunidad educativa en la Escuela Monseñor Francisco A. Granadillo, donde además dejó su huella musical componiendo el himno de la institución.
En paralelo a su carrera docente, Aguirre se entregó al arte que lo inmortalizaría: la gaita. Su camino comenzó con grupos como Los Sabrosos y Santa Canoíta, pero fue en Cardenales del Éxito, junto a sus hermanos Rixio, Renato y Alves, donde alcanzó notoriedad. Su llegada en 1962 marcó el inicio de una época dorada para el conjunto. En 1963 debutó en las grabaciones con piezas como Golpe tradicional, Gaita, gaita y Gaitas tradicionales, a partir de las cuales se desplegaron éxitos que se convirtieron en patrimonio sonoro del Zulia.
Entre sus interpretaciones más memorables destacan La parrandera, La bullanguera, Vieja y famosa, Los piropos, Madre, Reina morena y, sobre todo, La grey zuliana, considerada por muchos como el verdadero himno de la gaita zuliana. Esta obra, nacida en 1968 durante su etapa en el conjunto Saladillo, marcó un antes y un después por su mensaje cargado de protesta social y por la incorporación innovadora del bajo electrónico.
En 1969, en la cúspide de su carrera, regresó a Cardenales del Éxito donde continuó su legado con gaitas como Decreto papal, La vivarachera y Maracaibo marginada, en las cuales la crítica social se mantenía latente. Su vida se apagó trágicamente en un accidente de tránsito el 8 de noviembre de 1969, un hecho que conmovió a toda la región y que dio origen a la declaratoria del Día del Gaitero, establecido oficialmente en 1983 para honrar su memoria y la de todos los exponentes de este género.
Aguirre dejó un amplio repertorio autoral con piezas como La pica pica, Gaitoneando, Gloria de un parrandón, El billeterito y Remembranzas dos, muchas de las cuales aún suenan con fuerza en cada temporada gaitera. Además, su legado perdura a través de La Dinastía Aguirre, familia que ha mantenido vivo el estandarte de su gaita combativa y devocional.
Hoy, al cumplirse 86 años de su nacimiento, Maracaibo y el Zulia entero siguen celebrando la vida y obra de Ricardo Aguirre como un símbolo eterno. Su voz permanece entre nosotros, resonando en cada coro que invoca a la Chinita, en cada parranda decembrina y en cada zuliano que, con orgullo, proclama que la gaita es más que música: es identidad, protesta y pasión. Ricardo Aguirre es, y será siempre, el eco monumental de un pueblo que canta para no olvidar.