
Montevideo Sonoro – Parque Rodó
Sábado 16-11-2024
Estrenamos nuevo recorrido de esta original propuesta, que consiste en transitar un barrio de Montevideo escuchando canciones que están vinculadas de alguna forma a sus calles, edificios y las personas que allí vivieron.
Es un sábado soleado y caluroso, pero con una brisa refrescante y el aliciente de pasear por un territorio fundamentalmente arbolado. Nos toca el horario de las 17 pero habrá una segunda ronda a las 19.30 hs.
El grupo se conforma de unas cien personas, que minutos antes de la hora convocada ya se encuentran en el Castillito del Parque Rodó. Entre ellas, varias personalidades de la cultura y los medios.
La dinámica es sencilla y muy amigable. Se escanea la entrada y luego se recibe un auricular con tecnología Domo Silent, contra entrega de documento de identidad, que quedará en custodia hasta el final del recorrido. Cada aparato tiene fundas descartables, lo que asegura su higiene.
Una vez completado el aforo, nuestro anfitrión, el periodista cultural Carlos Dopico nos da la bienvenida y agradece la participación, especialmente a aquellos que ya han hecho otros recorridos (Ciudad Vieja, Barrio Sur) y reiteran la confianza.
Durante todo el trayecto, Dopico nos irá relatando (a través de los mismos auriculares) anécdotas sobre las canciones que iremos escuchando, la forma en que fueron compuestas, el vínculo con cada parte del territorio que visitamos, y el agregado de información histórica sobre (en este caso) la creación del actual Parque Rodó, las esculturas de Belloni, los usos de los distintos espacios, los juegos mecánicos (inclusive el famoso Tren Fantasma), la vinculación con hitos como la playa Ramírez, el antiguo Casino Parque Hotel, la Facultad de Ingeniería, el Club Defensor, el Teatro de Verano…
La idea surge de Montevideo Sonoro, un proyecto colaborativo y multimedia de geo-referenciación creado originalmente por Daniel Machín y Gabriel Bentancor, que derivó también en un libro que se ofrece a la venta al final del recorrido.
Géneros tan diversos como pop, tango, jazz, folclore, rock, canción urbana, murga canción, se suceden mientras se relatan anécdotas sobre compositores, músicos, instrumentistas, conformaciones de bandas. Artistas de Montevideo, pero también del resto del país que encontraron en su ciudad capital una inspiración y quisieron dejar su homenaje. Canciones del siglo XX y XXI, incluso una recientemente creada. Algunas consagradas, casi himnos… otras más desconocidas, discretas. Las hay que hablan de amor, de religión, de otros músicos o de conciertos. Casi todas en español y la que no, será debidamente traducida. El relato nos hace ser parte de esas manifestaciones artísticas, nos enteramos de intimidades y hasta nombres de mascotas. También hay información de cómo la segunda guerra mundial tuvo incidencia en la actual nomenclatura musical, o cómo en el pabellón de la música estaría faltando un referente universal. Recorremos discografías, estudios de grabación, viajamos con los autores que quizás desde el centro mismo del Parque Rodó crearon una primera versión, o con otros que lo hicieron rememorando desde otros continentes, muy alejados físicamente.
El recorrido rodea el lago, atraviesa el parque, recala en el Pabellón de la Música, nos permite descansar en la Fuente de Andalucía, luego visita los juegos mecánicos, pisa la arena que cruzó la rambla y termina en las canteras, de frente a la bahía. Es casi una hora y media de caminata muy tranquila, que se puede hacer incluso con dificultades motrices. Hay que mencionar que todo el trayecto es acompañado por personal de seguridad que cuida que estemos atentos al tránsito y a cualquier circunstancia ajena al grupo.
La experiencia de ser parte de ese grupo con auriculares, que en casi completo silencio (a veces bailando) se desliza por el territorio entre la humanidad que aprovecha a disfrutar el parque, es muy recomendable. Mientras nos desplazamos, grupitos de jóvenes, familias, reuniones en picnics o simplemente tomando mate; nos observan curiosos, pero con total respeto. Niños en sus vehículos, jugadores de ajedrez, muchísimos perros con sus dueños, parejitas noviando, deportistas, peña de flamenco haciendo palmas, jóvenes en telas colgadas de los árboles, los juegos del parque en pleno funcionamiento, grupitos de gurises con sus celulares, el perfume de los churros y las tortas fritas, el olor a mar y el reflejo del sol en el agua nos rodean y acogen. Somos parte del parque y su ecosistema. En definitiva, un muy disfrutable paseo cultural, que ojalá se siga extendiendo por otros barrios de nuestra querida Montevideo.
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