La rueda de la publicación

Hay un fenómeno que se da en algunos escritores, me atrevería a decir que principalmente en aquellos que llevan menos tiempo publicando, que, una vez lo analizas, resulta un poco absurdo. No es otro que la ya mencionada culpa por no publicar.

Es un fenómeno que suele atacar sobre todo cuando alguien, con muy buena intención o con un interés verdadero, te pregunta:¿Bueno, para cuando lo siguiente? O, ¿Estarás ya trabajando en otra cosa, no? Ahí es cuando me entran los sudores fríos y los picores en las manos. Lo primero que pienso es: «Dios mío, te lo pregunta porque sabe que eres un fraude, lo ha descubierto. Has sido capaz de escribir un libro por suerte, pero no vas a ser capaz de replicar la hazaña más veces».

Casi nadie hace ese tipo de preguntas con mala intención. Hay de todo en el mundo, cierto es, pero en general suele ser una pregunta que hace alguien que genuinamente se interesa por la respuesta. A veces es, incluso, otro escritor. Y entonces a mí me da por pensar si secretamente ese escritor no estará deseando que alguien le diga: pues ahora estoy tomándome un tiempo para descansar o: bueno, no creo que publique en un tiempo. Pero nadie da esas respuestas (al menos yo nunca las he escuchado) y la rueda sigue girando.

Porque a los escritores nos da muchísimo miedo que alguien pueda pensar que somos flor de un día, que somos el burro que tocó la flauta sin querer resoplando entre las flores.Lo que se espera de nosotros es que después de un libro venga otro y que, a ser posible, este sea mejor que el anterior. ¿Cómo vas a seguir publicando algo que no está a la altura de lo que publicaste antes? Eso va a querer decir que no eres capaz de replicar esa calidad, que te salió de chiripa. 

Como veis, en esta culpa hay mucho de autosabotaje y mucha injusticia, al igual que había en la culpa por descansar de la escritura. La duda en uno mismo se ve alimentada, además, porque es raro que este sentimiento se comparta con otros escritores, por lo que pensamos que es algo que solo nos ocurre a nosotros. Porque, culpables o no, no hay cosa que más le guste a un escritor que pensarse único en el mundo. 

Lo cierto es que, por mucho que queramos, los escritores la mayoría de las vecesno controlamos el ritmo de publicaciones

Una vez empiezas a publicar, seguir publicando se convierte en una obligación. Y hay que hacerlo periódicamente, en una editorial igual o mejor, con igual o más calidad y, a poder ser, con más ventas. Todo lo que se salga de ahí, podrá ser considerado un fracaso.

Pero si lo analizamos, como decía antes, ese pensamiento es absurdo. ¿Un fracaso según quién?No es un fracaso haber seguido escribiendo. Mucho menos haber terminado otro proyecto y, mucho menos, haber seducido con ese trabajo a una editorial para que vuelva a confiar en ti o incluso para que confíe en ti de cero si hemos cambiado de editorial.Cuando yo aún no había publicado, me parecía una locura pensar en que alguien pudiera publicar más de un libro. 

Si alguien me hubiera dicho que algún día podría sentir miedo al fracaso si no mantenía un ritmo de publicación, no lo hubiera creído. Con lo que me está costando publicar un solo libro, diría, ¿cómo narices va a ser un fracaso publicar más libros? 

Y lo cierto es que no lo es. Y que inclusono publicar más libros puede ser un éxito también. Todo depende de lo que busquemos con la escritura. El mayor peligro es solo buscar la aprobación de los demás. Ahí es donde más riesgos corremos y donde de verdad puede aparecer el fracaso.Si nos mantenemos fieles a nosotros mismos, a nuestra idea de literatura y, sobre todo, si somos capaces de seguir disfrutando con cada proyecto nuevo e ilusionándonos como si fuera el primero, es imposible que fracasemos. De verdad, es imposible. No es Mr. Wonderful ni autoayuda barata. Es la realidad. 

Y la culpa (valga la redundancia) de que nos sintamos así la tiene en gran medida la sociedad hiperconsumista en la que nos movemos hoy en día. O, mejor dicho,la sociedad hiperconsumista que ha absorbido el mercado literario. Estamos acostumbrados a tanta inmediatez y a tal cantidad de novedades y publicaciones que nos parece que en cuanto han pasado un par de meses, nuestra novedad ya no es tal. Si no tenemos nada nuevo después de dos años, corremos el riesgo de que editoriales y lectores se olviden de nosotros. Hace menos de diez años que publiqué mi primer libro y, sin embargo, siento que fue hace más de veinte, que de aquel a este último, han pasado siglos. 

Tal es así la deriva del mercado, que se ha vuelto común en las presentaciones de los libros el preguntar por el siguiente. ¿No es una locura, si nos paramos a pensarlo?Estamos presentando un libro, un proyecto al que seguramente le hayamos dedicado años y la pregunta es: ¿cuándo sale el siguiente? 

En una presentación es imposible que alguien lo pregunte porque esté deseando leer algo nuevo de ti; le acabas de entregar un nuevo libro. Y, sin embargo, ya está, ya lo tiene en su poder, ya ha salido al mercado, ya ha sido devorado, dame algo más.

Por eso no quiero demonizar a nadie que sienta esa presión.Es normal sentirla. Pero sí me gustaría que, si esa persona lee el artículo, sienta que la presión no es real, que no tiene por qué soportarla solo y, sobre todo, que no es su culpa. 

Fuente

admin@elmaracaibeno.art

El Maracaibeño es un periódico literario y cultural fundado por Luis Perozo Cervantes, cuyo primer y único número impreso fue lanzado el 8 de septiembre de 2014, bajo el lema “El nuevo gentilicio cultural”. Su creación surgió como respuesta a la necesidad de un espacio dedicado a la promoción y difusión de la cultura en Maracaibo.

El 1 de octubre de 2017, El Maracaibeño dio un paso importante al transformarse en un diario digital, convirtiéndose en el primer periódico de la ciudad enfocado exclusivamente en la cultura. Con su nueva versión digital, adoptó el lema “Periódico Cultural de Maracaibo”, extendiendo su alcance a todo el país.

Este periódico es una propuesta respaldada por la Asociación Civil Movimiento Poético de Maracaibo, que busca fomentar un periodismo cultural que contribuya a la construcción de una nueva ciudadanía cultural en la región. El Maracaibeño se posiciona como un vehículo para llevar las noticias más relevantes de la cultura, desde críticas de arte hasta crónicas y ensayos, cubriendo así una amplia gama de expresiones artísticas.

El Maracaibeño no solo es un medio informativo, sino un símbolo de la riqueza cultural de Maracaibo, llevando a sus lectores las noticias más importantes del ámbito cultural, tanto local como internacional.

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