
En Nicaragua, en 1977, encabeza el grupo opositor de «Los Doce» integrado por intelectuales, empresarios, sacerdotes y dirigentes civiles, en apoyo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en lucha contra el régimen del presidente nicaragüense Somoza. Después de formar parte del gobierno de Daniel Ortega, se retira de la política en 1996 para dedicarse a la literatura, aunque sus vivencias políticas quedan reflejadas en sus memorias Adiós muchachos, publicada en 1999.
En su dilatada carrera literaria destacan las obras Castigo divino (1988, Premio Internacional Dashiell Hammett de Novela); Un baile de máscaras (1995, Premio Laure Bataillon a la Mejor Novela Extranjera traducida en Francia); Margarita está linda la mar (1998, Premio Alfaguara de Novela y Premio Latinoamericano José María Arguedas); Cuentos completos (1998), con un prólogo de Mario Benedetti; Adiós muchachos (1999), El cielo llora por mí (2008), Cuando todos hablamos (2008) y La fugitiva (2011).
Su obra ha sido traducida a más de 20 idiomas. En 2014, es galardonado con el Premio Carlos Fuentes a la creación literaria en la lengua española por considerar que su obra conjuga «una literatura comprometida con una alta calidad literaria» destacándolo como «intelectual libre y crítico, de alta vocación cívica». Ese mismo año es nombrado vocal del patronato del Instituto Cervantes, en representación de las letras y la cultura latinoamericanas. En 2017 se convierte en el primer centroamericano en ganar el Premio Cervantes.